Ventaja de Obama sobre Romney se debilita

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Washington. AFP. A 100 días de la gran cita electoral en Estados Unidos, el presidente Barack Obama mantiene una frágil ventaja sobre su rival republicano, Mitt Romney, aunque sigue a merced de los volátiles acontecimientos económicos, los cuales pueden ser decisivos para su reelección.

Los sondeos muestran en su mayoría una diferencia entre ambos cada vez más ajustada y una caída de la confianza en el mandatario demócrata en temas de gran importancia, cuando persiste el pesimismo sobre la economía.

El sitio en línea RealClearPolitics atribuye a Obama un 46,4% de la intención de voto frente a un 45,1% para Romney, lo que implica un avance de 1,3 puntos porcentuales comparado con los 3,6 registrados a principios de julio.

La empresa especialista en sondeos Nate Silver calcula en un 65% las posibilidades de que Obama sea reelegido gracias a la ventaja que tiene en varios estados clave.

No obstante, según una encuesta de The Wall Street Journal/NBC publicada esta semana, solo el 36% de los estadounidenses creen que Obama logrará enderezar la situación financiera del país, mientras que el 43% apuesta por Romney.

WSJ/NBC estima que solo 8% de los electores siguen indecisos, por lo que ambos candidatos han apostado por este grupo.

Thomas Mann, experto en Ciencias Políticas, afirma estar “sorprendido de que Obama se haya mantenido ligeramente por delante de Romney y que su nivel de confianza siga justo por debajo del 50% pese a la situación económica”.

El presidente saliente sigue su estrategia de defender a la clase media, y dedica gran parte de su energía a hacer campaña en Ohio y Florida, dos estados que pueden hacer la diferencia.