Matama. limón Geovanni Montero Duarte, vecino de La Bomba en el distrito de Matama, Limón, encarna la historia de un limonense que logra superarse.
Su adolescencia fue dura, dice. “Fue una época muy difícil, mi papá no tenía suficiente dinero para mandarnos al colegio y ver la casa, pero en el camino encontramos personas que nos dieron la mano, desde el dueño del bus que nos traía de gratis al centro”.
Tuvo que dejar el colegio e ingresar a trabajar en la bananera para aportar un ingreso más a su hogar, pero a dos meses de haber abandonado sus estudios se ganó una beca completa del Instituto Nacional de Aprendizaje para estudiar construcción de estructuras metálicas, en La Uruca.
Geovanni dejó su natal Limón para dedicarse de lleno a los estudios. La beca le cubría alimentación, pasaje y hospedaje. Terminó en dos años su carrera técnica, donde obtuvo mención de honor.
Como premio a su desempeño académico, Geovanni realizó su práctica profesional en la empresa de alimentos Jack’s, donde laboró por 14 años, los cuales aprovechó para continuar con estudios de actualización en su área.
El pasado 30 de diciembre del 2011 marcó el inicio de una nueva etapa cuando finalizó su relación laboral; una separación matrimonial acuestas y el enorme deseo de regresar a su tierra obligaron a este caribeño a empacar y volver al lado de sus progenitores, María de los Ángeles Duarte y Valenciano Montero.
Con la liquidación, y junto a su hermano, compraron un torno, taladros, máquina de soldar y demás herramientas para montar su taller propio ubicado en barrio Los Cocos. Al ver que tenía tiempo libre después de la jornada laboral, este hombre decidió ir por una meta: su bachillerato, el cual se encuentra a unas semanas de recibir. Ahora quiere estudiar en la universidad.