Usted puede ser el próximo linchado en las redes sociales

Fenómeno está afectando a personas públicas y privadas por igual

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Se publicó un video íntimo de una funcionaria pública y la noticia se propagó rápidamente por las redes sociales. Lo mismo sucedió con un comentario hecho por un estudiante de Medicina mientras hacía su guardia, quien además subió fotos de pacientes a la plataforma social Twitter.

Sin conocer el trasfondo de ambas situaciones, no pocos se aventuraron a volcar en la web sus opiniones, pidiendo “la cabeza” de los protagonistas de la “polémica en redes” de turno o defendiéndolos a capa y espada.

No importa si se es persona pública o privada: el linchamiento virtual no discrimina.

Control. En el fondo, la reacción no es nada nueva, según Rolando Pérez, director del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad de Costa Rica. Internet y las redes sociales no hacen más que convertirse en megáfono virtual de las opiniones que utiliza la gente en su comunicación cara a cara.

Juzgar al otro es un mecanismo de control ya conocido. “Es una de las actividades adaptativas del ser humano en comunidad, compartida por algunos primates. Cuando un individuo realiza acciones que van en contra del grupo o del líder del grupo, es excluido”, dijo Pérez.

Aunque el fenómeno es propio de la vida en sociedad, la comunicación en línea es capaz de aumentar el efecto que tendrían las mismas críticas o rumores en la vida real.

“A sabiendas de que las redes sociales van a facilitar la autoapertura y sirven de megáfono para la difusión de opiniones, hacen que el efecto de un juicio sea más contundente que la comunicación cara a cara, o incluso que la prensa tradicional” explicó el psicólogo.

Esto sucede porque existe la posibilidad de que se comparta una y otra vez una información, aunque no sea cierta o no esté expuesta en su totalidad y contexto.

Rapidez. Los rumores en Internet se reproducen más rápidamente que en el mundo físico. Así lo demostró una investigación de la Universidad de Saarland, encabezada por Tobías Friedrich.

El estudio comprobó que la información en redes sociales se difunde mucho más rápido que en otras redes donde todo el mundo se comunica con los demás o redes con una estructura al azar. Incluso, lo probaron de forma matemática.

Ese contagio de información se explica mediante la combinación de personas que tienen pocos contactos y quienes tienen muchos.

“Un usuario con pocos contactos puede informar a todos ellos de una forma muy rápida, y se puede comprobar que entre esos escasos contactos siempre hay uno que está altamente interconectado con otros usuarios. Por esa razón, se vuelve fácil que todos se enteren de un rumor (o información)”, señaló Friedrich.

Ese estudio explicaría por qué las situaciones que surgen en Internet pueden trascender a la opinión pública y traer consecuencias como perder el empleo o ser suspendidos de su carrera .

Esto sucedió en los casos de la exviceministra Karina Bolaños y del estudiante de Medicina, de apellido Aguilar. A ambos se les contactó para este reportaje, pero Bolaños no respondió la solicitud que se le hizo vía correo electrónico, y Aguilar prefirió no atender por recomendación de su abogado.

Otros casos. Otros ejemplos recientes de linchamiento electrónico en el país han sido el de un policía que mostró cercanía con la ideología neonazi (fue despedido), el de unos jóvenes que aparecieron en una foto con una pantera muerta y de los cuales se aseguraba (sin mostrar pruebas) que la habían matado, y el del exmiembro del programa de televisión Combate, Bryan Ganoza, quien es insultado fuertemente cada vez que se publica una noticia donde se le menciona.

Estos ejemplos indican que cualquiera y por cualquier motivo puede caer en desgracia de un momento a otro entre los usuarios de las redes sociales.

Incluso, explica Pérez, ni siquiera es necesario tener una cuenta en una red social para ser el objetivo del ataque.

Ante esto, expertos en derecho y medios digitales piden autocontrol y mayor conciencia de las consecuencias de lo publicado.