Jason supo ubicarse. Atisbó a la Presidenta mientras ella se abría paso entre saludos y le saltó enfrente con su Nokia X3, con cámara de 3.2 megapíxeles.
Irrumpió sin problemas, le dio el celular a un amigo y se puso a la par de la mandataria, que congeló dos segundos la sonrisa como diciendo “chis” y se dispuso a seguir... con otra fotografía.
“¡Diay!, es como la jefa de todos. Es la primera mujer presidenta y además mis papás votaron por ella. Se las voy a enseñar y voy a quedar altísimo”, se justificó Jason, estudiante de octavo en el colegio de la Ciudad de los Niños.
Sus padres fueron dos de los 896.516 costarricenses que votaron por Chinchilla en febrero del 2010. Él duda de que también la hubiese elegido a ella.
“¿Que qué voy a hacer luego esta foto? Bueno, dejarla aquí, guardarla y enseñársela a todos”, anunció el muchacho.
No es que quiera imprimirla y enviarla a Zapote para que ella la firme, como hacen algunos. Tampoco pretende subirla a la página de Internet de la Casa Presidencial, que tiene una sección llamada “Su foto con la Presidenta”.
En esta sección hay decenas de imágenes de Chinchilla con lugareños de todas las regiones adonde ella ha asistido para sus actos oficiales. Sobresalen, por supuesto, las fotografías con niños, tomadas por funcionarios de la Presidencia para que luego las personas puedan bajarlas.
El ministro de Comunicación, Francisco Chacón, sospecha que muchos ponen su foto “presidencial” en Facebook o la comparten por otras vías con los allegados, pero también admitió que la opción de la chota y las bromas está abierta. “Claro que siempre está el riesgo del Photoshop. Eso es inevitable, pero es parte de la forma de ser nuestra”, añadió.