Un rugido benéfico

Tras luchar durante 75 años por mejorar la calidad de vida de los jóvenes, de las personas con discapacidad y la de aquellas que están en riesgo social, el Club de Leones de Costa Rica recibió fue declarado benemérito de la patria, el 6 de octubre anterior.

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Las mascotas suelen ser sinónimo de amistad, compañía y fidelidad, sobre todo para una persona no vidente que cuenta con un perro guía, el animal que la acompaña en su diario trajín.

Cada uno de los 49 costarricenses que posee un perro guía gracias el apoyo del Club de Leones de Costa Rica, no solo sumó otro miembro a su familia; también descubrió una nueva sensación de tranquilidad, confianza y, sobre todo, de libertad.

Jeannette Calvo es una de las costarricenses que viajó a Estados Unidos con recursos de esta organización benéfica para obtener un can y asistir, durante un mes, al programa de Leader Dogs for the Blind (Perros guía para no videntes), una escuela de entrenamiento de perros guía financiada por la Asociación Internacional de Clubes de Leones.

La asociación no solo obsequia los peludos acompañantes (cada uno tiene un valor aproximado de $38.000 –¢19,5 millones–), también se hace cargo de todos los gastos de capacitación, alimentación y hospedaje.

“Era cosa de todos los días caerme, meter los pies en alcantarillas, chocar contra colgantes y golpearme con portones y puertas abiertas”, cuenta Calvo, en referencia a su vida sin su guía.

“A partir del momento en que recibí mi perro, supe que nunca más volvería a estar sola con mi discapacidad. Sé que donde pongo el pie, lo pongo con confianza porque él me cuida”, agrega.

Su grano de arena

El proyecto de perros guía es el único en su estilo en el país, y apenas es una muestra del amplio currículo benéfico del Club de Leones de Costa Rica, que a principios de este mes fue declarado institución benemérita de bien estar social por la Asamblea Legislativa .

Su nacimiento se remonta a 1935, cuando Costa Rica se convirtió en el sétimo país del mundo en acoger al “leonismo”, comprometiéndose con los cuatro pilares de este movimiento: preservar la visión, combatir la discapacidad, promocionar la salud y servir a la juventud.

Actualmente, los 55 capítulos de Club de Leones que hay el país reúnen a más de 1.500 socios que trabajan en un sinfín de proyectos en sus comunidades.

Por ejemplo, los Leones de Santa Cruz, Guanacaste, encabezan la construcción de una biblioteca y la consolidación de la clínica de cuidados paliativos de la zona. En Alajuela, los Leones están trabajando en ampliar un albergue para pacientes indigentes que padecen estados terminales de cáncer.

Otra iniciativa con una importante huella leonística es el Hogar de la Esperanza, en Ciudad Quesada, un centro que trabaja de la mano con el PANI en la atención de niños y jóvenes en riesgo social.

En el pasado, el Club colaboró con la construcción del edificio del Hospital Nacional de Niños y el centro de rehabilitación para menores que se erigió en Santa Ana durante la epidemia de poliomielitis.

No obstante, es en el combate de la ceguera donde el Club de Leones ha invertido más energía y recursos, tomándose muy a pecho el reto que Hellen Keller le planteó a la organización en 1925, cuando visitó una convención de leones y los desafió a convertirse en “paladines de los ciegos en su cruzada contra la oscuridad”.

A través de Sight First, campaña contra la discapacidad visual, se ha operado a más de 5.000 costarricenses de cataratas. Asimismo, el antiguo banco de córneas, fundado por el Club y posteriormente asumido por la Caja Costarricense de Seguro Social, es hoy es una clínica oftalmológica que hace exámenes de vista y confecciona anteojos a bajo costo para la población con recursos económicos limitados.

“El trabajo voluntario ágil y pronto en favor de la población en riesgo social, en emergencias y en desastres naturales, es una de las grandes fortalezas con que cuentan los Leones”, comenta Vera Alfaro, actual gobernadora del Club en el país.

“Sin embargo, ha sido la transparencia y la rendición de cuentas ante las comunidades, la que nos ha mantenido vigentes durante 75 años seguidos”, dice.