Un Oscuro Placer

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Tan delicioso como tentador, así es el chocolate, una suculenta golosina capaz de llenar de placer a los amantes de los dulces y con la habilidad de arrastrar hacia el pecado a los acérrimos defensores de las dietas.

Quienes lo han probado lo saben. Un trozo de este dulce derritiéndose en la boca puede proporcionarle alegría y energía a cualquier persona.

¿Magia? Nada de eso. Numerosos estudios han revelado que este dulce es un liberador natural de endorfinas (sustancias relacionadas con sensaciones de bienestar) por lo cual, luego de consumirlo, muchos dicen experimentar una mejoría en su estado de ánimo.

Además, se sabe que el chocolate posee feniletilamina, una sustancia de la familia de las anfetaminas, que también produce bienestar y euforia entre sus consumidores.

Sumado a estos factores, si el chocolate además viene acompañado del beso y el abrazo de un ser querido, el efecto es arrollador, dice Enrique Devis, propietario de La Chocolatería, una cadena de dulcerías que llegó a nuestro país hace casi dos décadas.

“El chocolate es el rey de los postres. Muchos logran resistirse a comer dulces de vez en cuando, pero cuando les ofrecen un chocolate, ¡ahí no hay quien pueda decir que no!”, asegura este chocolatero. Según él, la pasión por el chocolate es tan poderosa que conoce casos de clientes que ocultan estas golosinas en sus armarios, con tal de no compartirlas con nadie.

Sobre la mesa. Al igual que sucede con el vino, quien come chocolates debe tomar en cuenta algunos puntos para saber si se está ante un dulce de calidad.

Para esto, el experto recomienda consumir productos cuyo porcentaje de cacao sea del 70%.

Es importante buscar aquellos cuya composición no cuente con aceites vegetales o azúcares no refinados, pues estos últimos dos ingredientes afectan su sabor.

Devis también aconseja a los amantes del chocolate buscar los que están hechos de manera artesanal, pues estos contienen menos preservantes y siempre estarán frescos.

Por su parte, Karina Núñez, representante de la empresa ChoKoholic, asegura que siempre que se tenga una comida pesada, lo ideal es que esta concluya con un chocolate amargo, pues se dice que este tipo ayuda con la digestión.

Si lo que se desea es cerrar una velada con un dulce inolvidable, recurra a los chocolates blancos mezclados con frutas, o a los elaborados con leche, especialmente, aquellos rellenos de frutos secos o licores.

Si lo que quiere es dar un regalo, ambos especialistas coinciden en estas pautas: busque los chocolates de acuerdo con el gusto de la persona a la que se le va a dar el obsequio, no al suyo; si se trata de un niño o joven, elija chocolates con leche o blancos, y si es un adulto, opte por los amargos.

Por último, si va a dar una gran caja con dulces, procure que estos sean variados, pues generalmente las personas suelen compartirlos con amigos y familiares.