La obligación de Costa Rica de derrotar el próximo viernes a El Salvador, pasa no solo por la necesidad de seguir con vida en la eliminatoria a Brasil 2014, sino con la idea de cambiar la tendencia de que no es frecuente ganar en su territorio.
Históricamente, los dos estadios principales en la capital, San Salvador, el Flor Blanca (hoy Jorge Mágico González) y Cuscatlán han sido sedes complicadas para los equipos ticos en categoría mayor.
Con capacidad para 53.400 personas, el Cuscatlán se estrenó en los premundiales de futbol en el mismo año de su apertura, en 1976. Esa vez, salvadoreños y ticos igualaron 1-1 rumbo a Argentina 78.
David Cabrera concretó para los locales y Javier Zurdo Jiménez logró de tiro libre el gol tricolor.
Para España 82, Costa Rica perdió 0-2 en el Cuscatlán por no presentación. Alegó inseguridad por la difícil situación política en ese país, que sufría una guerra civil.
Los otros reveses eliminatorios en el Cuscatlán fueron 1-2 en 1997, camino a Francia 98, y luego el último 0-1 en 2009, que significó un duro golpe para complicar el boleto a Sudáfrica, que al final no se logró.
La plaza difícil del Cuscatlán se logró sortear en dos ocasiones. La generación de Italia 90 salió ganancioso de ahí, con un claro 4-2 en 1989; mientras que el grupo de Rodrigo Kenton lo hizo por 3-1 en el 2008, en la primera ronda de Sudáfrica.
Tendencia. De los 22 juegos disputados en El Salvador, solo en el 36 por ciento se resolvieron con victoria a favor de la Tricolor. Es decir, únicamente ocho juegos ganados.
Aquí se incluyen también citas regionales, en Centroamérica y del Caribe, como el Norceca y la Uncacaf, así como los duelos amistosos.
Los cuscatlecos consiguieron un porcentaje mayor en casa, con el 45 por ciento de las victorias ante los costarricenses. Hablamos de 10 triunfos entre 22 presentaciones.
Además, se dieron allá cuatro empates, a partir de 1935, cuando arrancan los duelos oficiales reconocidos por la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA).
Hay tres encuentros anteriores a 1935 que la entidad no avala y los ubica como “juegos no oficiales”.
Se trata del 7-0 con que la Sele goleó a El Salvador en 1921, con motivo de los Juegos Atléticos del Centenario de la Independencia de Centroamérica, en Guatemala.
Tampoco reconoció dos palizas más, 9-2 y 5-0, con las que Costa Rica superó a la Selecta en 1930, en los II Juegos Centroamericanos y del Caribe en La Habana, Cuba.