Tras nueve años de espera, llegó su riñón

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"Me sentí otro tipo de persona”. Esta es la sensación que experimentó Mariano Segura Peña, vecino de Orosi –Cartago–, tras someterse a un trasplante de riñón después de nueve años de espera.

Uno de sus órganos renales había dejado de funcionar y el segundo apenas trabajaba al 15% de su capacidad. Por ello, recibía un tratamiento de diálisis –filtrado artificial de la sangre a través de una máquina–, dos veces por semana.

El 1.° de febrero médicos del Hospital San Juan de Dios, San José, lo llamaron para informarle de que había un riñón para él.

“Recuerdo que en ese momento estaba almorzando, cogimos las cosas y nos fuimos para el hospital”, relató Segura.

Con el trasplante se acabaron las sesiones de diálisis, una nueva vida para Mariano, de 55 años, comenzaba.

El órgano lo recibió de John Mauricio Castro, también donante del corazón de Edier Jiménez.

El joven de 24 años murió asesinado el 30 de enero, cuando practicaba ciclismo en Linda Vista de La Unión, Cartago.

Nueva vida. “Físicamente me encuentro menos cansado, además tengo que cuidarme demasiado”, reconoció el trasplantado.

Una vida relajada, junto con una dieta baja en grasas, fueron las recomendaciones que recibió de los médicos.

Reconoce estar muy agradecido tanto a la familia de Castro, como al equipo médico del Hospital San Juan de Dios.

“Le dije al padre de Mauricio que era mi segundo papá”, expresó el cartaginés.

Entre tanto, se acuerda de sus compañeros de las sesiones de diálisis que todavía están a la espera de un riñón. Por tal razón, en la última renovación de su licencia marcó la casilla para convertirse en donante.