Tras la cámara y frente a ella, Affleck sorprende en San Sebastián con Argo

El actor estadounidense presentó su tercer filme como director

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

San Sebastián (España). El estadounidense Ben Affleck sorprendió hoy en el festival de cine de San Sebastián con Argo , su tercera película como director.

La cinta narra una operación de la CIA tras la toma de rehenes de 1979 en la embajada de Estados Unidos en Teherán.

“Es una historia que nunca sería creíble si no estuviese basada en hechos reales”, afirmó Affleck sobre su filme que con ritmo frenético narra un inverosímil rescate que se mantuvo en secreto durante décadas.

“Lo que se muestra son acontecimientos que son muy cercanos a lo que ocurrió y me atuve tan meticulosamente como me fue posible a los hechos”, agregó tras la proyección de la película en la sección oficial fuera de concurso del certamen español, donde fue recibida con una fuerte ovación.

En un convulso Irán en plena revolución islámica, el 4 de noviembre de 1979 una multitud enfurecida toma por asalto la embajada de Estados Unidos en Teherán manteniendo como rehenes a sus ocupantes.

Pero en los primeros momentos de confusión seis trabajadores de la legación logran huir y esconderse en la residencia del embajador de Canadá, hasta que las autoridades estadounidenses deciden poner en marcha una operación para sacarlos del país.

Ahí entra en acción Tony Méndez, un experto en rescates de la CIA -interpretado por Affleck- que idea un extraordinario montaje para hacerles pasar por un equipo de cine canadiense en busca de localizaciones en Irán para una película de ciencia ficción.

Con la ayuda de dos histriónicos productores de Hollywood -encarnados magistralmente por John Goodman y Alan Arkin- el agente secreto se lanza a la fabricación de una extravagante mentira que da lugar a situaciones hilarantes.

“Uno de los elementos de la película es la sátira”, explica Affleck, reconociendo haber temido al principio que esta parte cómica “pudiese destruir la seriedad del resto del filme”, donde se privilegia la tensión de un rescate al límite de lo imposible.

“Tuve mucha suerte y encontré a dos actores que son tan buenos que nunca parecen ridículos”, dice el cineasta sobre Goodman y Arkin.