Tommy Vásquez: “Es fácil amar u odiar a Pablo Escobar”

El actor colombiano que le da vida a Fabio Urrea (cuñado de Pablo), confesó a Teleguía que ser parte de esta serie le permitió afianzar su carrera al revivir el drama histórico que cambió la historia de su país natal.

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Obtener el papel de Fabio Urrea, el cuñado de Pablo en la serie Escobar, el patrón del mal no resultó nada fácil, pero su compromiso era lograrlo. Sin embargo, el actor colombiano Tommy Vásquez, quién también participó en El cartel de los sapos y El capo, estaba decidido a ser parte del equipo que reviviría una de las etapas más relevantes de su país: la era de Pablo Escobar, donde los atentados y el narcotráfico se convirtieron en pan de cada día. Compartir junto a sus colegas, Andrés Parra, Vicky Hernández y Christian Tappan, entre otros, le permitió crecer a nivel profesional, por lo que siente que este proyecto vino a aportarle mucho en lo personal.

Esquivo cuando de hablar de su vida privada se trata, Vásquez se aventura a revelar que mantiene una relación amorosa con la también actriz Katherine Escobar, una de las protagonistas de Las muñecas de la mafia, y con quien tiene un hijo de dos años, Matías.

Su interés en la actuación surgió cuando tenía 12 años, pues su padre es cineasta, así que de inmediato supo que sería su profesión, por lo que estudiar y aprender de ella fue su decisión.

Usted ha dicho que Fabio Urrea es un personaje que siempre estará presente en su vida. ¿Por qué esta afirmación?

Este personaje llegó a mi vida, en un momento en el que estaban pasando muchas cosas. Creo que Fabio es el resultado de muchísimos años de trabajo, esfuerzo y estudio. Llegar a trabajar en ese elenco, con grandes actores, como Andrés Parra, que es alguien a quien admiro mucho, fue maravilloso. Es la suma de muchas cosas, que por eso es muy importante para mí. No lo niego, Fabio Urrea fue un personaje muy particular y que tenía muchas complicaciones.

¿Cuáles eran esas complicaciones?

Que estaba muy ligado el mundo íntimo de Pablo Escobar, por ser el hermano de su esposa. Además, era uno de sus más importantes socios, así que la relación financiera entre ambos también pesaba mucho. Todo esto era fuertemente contrastado por su obsesión con la droga, en la que cayó muy fácilmente. El reto estaba en no hacer un personaje que fuera tan cliché para el público.

¿Cómo enfrentó ese reto? Fue muy difícil, porque llegó un punto en el que Fabio pasaba drogado las 24 horas del día y dejarlo hasta allí, quizá hubiera sido lo más fácil de hacer. Sin embargo, a mí me interesaba mucho más llegar al fondo del por qué sucedió esto. Lo logré trabajando de la mano de los directores Carlos Moreno y Laura Mora, además de mis compañeros.

¿Se sintió satisfecho con el resultado , una vez que se vio en la serie?

La verdad es que sí. El público, que es el principal crítico, le gustó mucho el personaje, y yo me sentí muy a gusto con lo que vi. La aceptación que ha recibido la serie en los lugares que se ha transmitido ha sido sorprendente.

Para que Fabio no resultara tan cliché ... ¿Qué elementos extras decidió darle al personaje?

Creo que es básico, para que un personaje no resulté cliché, es que el actor vaya mucho más allá de la forma de a quien tiene que representar. Yo me dediqué a indagar el mundo de Mario Henao, quien era el cuñado de Pablo en la vida real. No fue un trabajo fácil, porque esto requirió de mucha investigación, además de que estuve apadrinado por grandes compañeros, como Andrés Parra, Christian Tappan y Rodolfo Silva, con los que desarrollé una gran amistad.

¿A cuáles otros retos debió enfrentarse con este proyecto?

El primer reto fue pertenecer al elenco de la serie más vista de todo el país, y estoy seguro que la más vista en todo el mundo, porque todo el mundo está interesado en ella. A esto se suma el hecho de que permitió el desfile de actores de primera línea de Colombia que, en algunos de los casos, solo participan en un capítulo. Para mí, eso fue un reto muy grande y tenía que estar preparado para ello, ya que sabía que la exposición que tendríamos sería muy grande, por lo que tenía que ser muy juicioso y disciplinado en mi vida. Luego de hacer la investigación de Mario Henao, ¿qué fue lo que más le sorprendió de él?

Creo que ni el director, los libretistas y los actores pensamos en algún momento mostrar a Pablo y sus secuaces como los héroes de la historia. Creo que había algo muy particular y que lo rescató el escritor Alonso Salazar, autor del libro La parábola de Pablo , y es que ellos eran como cualquier ser humano. Y es que esa es la realidad, no todos somos buenos ni malos por completo. ¿A qué cree que se debieron las historias de vida de Pablo y sus secuaces? Sin duda, a la falta de oportunidades a las que debieron enfrentarse diariamente, que los llevaron a tomar la vía fácil. Claro, nadie niega que después ellos se desvirtúan por completo y se convierten en asesinos a sueldo. Pero ellos eran personas que nacieron normal, por lo que esto le puede llegar a pasar a cualquiera. Esto me sorprendió mucho.

Algo que sorprende en la historia es ver lo familiares y sobreprotectores que eran con sus seres queridos.

Exacto. Esa fue otra de las cosas que me sorprendió durante mi investigación, Ellos eran personas súper familiares. Además, eran muy sencillos y genuinos. Por ejemplo, un man como Escobar, que podía tener todo el dinero del mundo y que su plato favorito era arroz, huevo y plátano. Era un tipo al que le gustaban las cosas sencillas y nosotros, como equipo, disfrutábamos mucho de eso.

Esta serie es considerada cómo la más costosa de toda la historia de Colombia. Por ejemplo, participaron en ella más de mil actores y fue filmada por completo en exteriores.

Ni lo dudes. Esto fue algo tenaz para todos los involucrados. Te puedo decir, que esto fue un año todos fuera de nuestras casas. Por ejemplo, yo me llegué a hospedar hasta en 15 hoteles en este tiempo, porque no parábamos. Estuvimos en Medellín, Villavicencio, Cartagena, Santa Marta, Girardot. Por supuesto, era algo muy complejo y es una serie que fue hecha con los más altos estándares de producción internacional. Hubo momentos en los que nos tocaba cerrar calles, coordinar la participación de extras, que eran miembros de la propia comunidad.

Ese contacto con la gente, ¿sirvió de realimentación?

Claro que sí. Sin embargo, fue un poco difícil lidiar con esto. Recuerdo que cuando fuimos a grabar a Medellín, donde Escobar es todo un hito, era muy complicado trabajar, porque la gente no permitía que Andrés Parra pudiera actuar. De hecho, la situación con él fue muy incómoda, porque llegó un punto en el que él no podía salir a la calle. Entonces, era como muy raro todo esto, pero muy rico, de estar haciendo algo que nunca se había hecho en nuestro país.

Según su opinión, ¿superaron las expectativas de este proyecto?

Por supuesto. Desde que se hizo público que se estaba filmando la serie, se gestó alrededor de ella una gran curiosidad y mucho morbo. El público está dividido entre quienes aman a Pablo y quienes lo aborrecen. Es fácil amar u odiar a Pablo.

El éxito obtenido, ¿en algún momento los llegó a sorprender?

Fue extraño, porque en realidad sí lo esperábamos, pero no en tal magnitud. Sin embargo, se llegó a convertir en una serie de culto para muchos. Por ejemplo, aquí en Colombia sacaron álbumes ilegales con nuestras imágenes y los niños los coleccionaban. También, señoras de alta sociedad nos recriminaban que le estábamos haciendo daño a los niños.

¿Cree que realmente fue así?

No, en lo absoluto. De hecho, yo tengo a un hijo de dos años y lo importante es la educación que se les dé en la casa. En tal caso, si es el padre quién deja ver al niño la serie de Pablo Escobar, no es culpa nuestra por hacer el producto, sino del padre por permitirlo.

Además de elogios, las críticas también han sido muchas.

Es que hay algo aquí que muchos deben recordar y que es para nadie, esta serie debe ser de culto. La serie está inspirada en un libro y debe ser vista, por completo, como un producto de entretenimiento. Nadie tenía la intención de cambiar la historia del país con ello.

¿En algún momento temió por su vida en ese tiempo?

Yo soy una persona muy tranquila y el tema de la fama es algo que me pega muy duro, porque soy un tipo muy normal. Sinceramente, no temí por mi vida, porque seguí mi rutina de tomar, por ejemplo, el servicio de bus. Lo que sí me afectó fue el ritmo de grabación, además, la gente es muy chévere, porque el público quería invitarnos a todo lado.

A nivel personal, ¿qué le dejó el participar en esta serie?

Muchos podrían creer que me robó la paz, pero no fue así, lo agradezco infinitamente en el plano profesional. Lo que sí me dejó fueron muchísimas anécdotas, por ejemplo, cómo a mí me matan en la serie, hay un día en cada país en el que muero (ríe). Es algo chistoso.

¿Cuál cree que es el éxito de las llamadas narco novelas?

Yo creo que por el hecho de que es una realidad mundial y, una muestra de ello, es Colombia y México. De hecho, yo participé también en El cartel de los sapos y fue una locura en México, además de El capo . Creo que más allá del culto, son atractivas por su lenguaje, por la narrativa de la historia.