¡Todos boca abajo!

Miles de personas en distintos países han cedido al extraño encanto del planking, un fenómeno que asusta a muchos y hace a otros arquear la ceja. La moda de tomarse fotografías acostado boca abajo en los sitios más inusuales ya llegó a Costa Rica.

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La escena es francamente inusual: más de 60 jóvenes acostados boca abajo, con los brazos pegados al cuerpo y los pies juntos; entre todos, forman la leyenda “Seniors 2011”. Se trata de los estudiantes de último año de la secundaria Treasure Coast, en Florida, Estados Unidos, quienes decidieron valerse del planking para inmortalizar en fotografías el nombre de su generación.

Parece que más y más gente se está animando a hacerlo: Ellen Page, la actriz de Juno, se fotografió en la misma posición horizontal sobre unas escaleras y en un carrito de supermercado; también han hecho la prueba las estrellas del baloncesto Dwight Howard y Gilbert Arena y hasta el millonario Hugh Hefner en su mansión Playboy.

A famosos como ellos, se suman decenas de miles más seducidos por una práctica tan excéntrica como incomprensible: el planking.

¿Qué es? Sencillo. Es un pasatiempo que consiste en tenderse boca abajo en un lugar público –cuanto más inusual mejor–, documentar la “hazaña” por medio de fotos y compartir la evidencia a través de Internet.

Aunque las reglas son claras, hay mucho espacio para la creatividad. Cuanto más curiosa sea la locación y más fuera de lo común resulte la escena, “mejor calidad” tiene la fotografía.

En la red circulan imágenes de personas boca abajo en bodas, partidos de futbol americano, escaleras eléctricas y, un poco más criollas, en el Parque Nacional de Diversiones.

Creado hace más de una década y con un nombre diferente, el planking despegó como verdadero fenómeno mundial hace un par de años. En nuestro país existen grupos en redes sociales, donde se comparten las fotografías.

El inicio

Hijo de un juego inventado por dos ingleses –Gary Clarkson y Christian Langdon– en el año 2000, el planking se llamó originalmente “The lying down game” (‘El juego de yacer acostado’). Ambos muchachos tenían 16 años y les parecía divertido por “trivial y estúpido”.

Las reglas fijadas entonces son las mismas hoy: el individuo debe yacer boca abajo con las manos y pies pegados al cuerpo simulando ser una tabla (de ahí su nombre, pues plank significa “tablón” en inglés) y dejar el rostro inexpresivo.

“La gente, generalmente, piensa que uno está loco; esa es un poco la idea”, explicó Clarkson al diario inglés The Guardian.

Por algunos años, el juego vegetó como un pasatiempo local, hasta que, en el 2007, se empezaron a subir fotografías a Internet y así se extendió a todos los continentes.

En setiembre del 2009, el fenómeno ascendió a la categoría de noticia cuando siete médicos y enfermeras fueron suspendidos por hacer planking mientras estaban de turno en el hospital Great Western, de Swindon, Inglaterra.

Los funcionarios se identificaron ingenuamente en Facebook como el “Grupo Secreto del Departamento de Emergencias de Swindon” y subieron fotos en camillas, en el piso de algunas secciones y en el helipuerto.

El ‘boom’

Otro hecho que alcanzó rango noticioso sucedió en mayo pasado. El 13 de ese mes, un joven de 20 años fue arrestado en Australia por fotografiarse sobre un carro de policía.

El furor se desató en Internet y la página de Facebook Planking Australia creció de 8.000 a 100.000 seguidores en menos de una semana.

Dos días después y en el mismo país, el fenómeno del planking reportó su primera víctima fatal: un joven cayó siete pisos al intentar sostenerse al borde de un balcón y falleció en el acto.

A partir de entonces, ha habido dos efectos paralelos: por un lado, los medios y las autoridades se escandalizaron y llamaron a la precaución. Por otro, decenas de miles de personas en el mundo comenzaron a subir fotos a sitios y perfiles de las redes sociales haciendo la afamada ‘pirueta’.

A finales de mayo, el hijo de John Key, primer ministro neozelandés, publicó una foto haciendo planking mientras su padre aparece sonriendo detrás de él.

Días después, el gobernante de Nueva Zelanda afirmó que fue él quien le enseñó esa práctica al muchacho y dijo no encontrarle nada reprochable al pasatiempo siempre que se haga de modo seguro. Una reacción similar tuvo la primera ministra australiana, Julia Gillard, quien recomendó cuidado, pero no censuró el planking.

‘Tablazo’ criollo

La curiosidad que ha movido a miles de personas también ha dado fruto en suelo nacional.

“Un grupo de amigos conocimos el planking por la noticia del joven que murió y nos metimos a Internet a ver qué era el asunto. Nos gustó la idea y comenzamos a hacerlo”, explica uno de los administradores de la página de Facebook Tico-Planking, quien pidió reservar su identidad.

En julio, comenzó a funcionar la comunidad en línea y ya tiene más de 200 miembros activos. Los usuarios han subido fotos en lugares tan familiares como el nuevo Estadio Nacional, algún restaurante de comida rápida o el parqueo de un supermercado. Incluso, una sección entera de un colegio privado protagonizó una sesión planking en el aula, sobre sus pupitres.

“Unas amigas nos dimos cuenta de esto por las fotos de unos conocidos y, aunque al principio no nos hacía gracia, después lo encontramos divertido por ser algo fuera de lo común”, confiesa Renata Rappacciola, joven aficionada al pasatiempo.

Así, mientras la mitad del mundo se declara incapaz de comprender qué sentido tiene este ‘movimiento’, la otra mitad prefiere disfrutar de la vida boca abajo.