Pablo Milanés, Diego El Cigala, la compañía de danza neoyorquina Limón Dance Company, el bailarín Iñaki Urlezaga y el Ensamble TNT de Inglaterra, serán de los pocos artistas internacionales que se presentarán en el Teatro Nacional, este año.
¿La razón? Una política impulsada por el Ministerio de Cultura busca que la sala capitalina sea territorio de los artistas costarricenses.
“Escogimos propuestas basadas según el interés de nuestra administración de cultura. Hay un criterio que no pueden manejar los productores privados, y es que este (el Teatro Nacional) es un espacio público y nosotros tenemos la potestad de escoger qué puede aportar más, independientemente de si es comercial o no”, aseguró ayer, el ministro de Cultura, Manuel Obregón.
De esta manera, de los 210 espectáculos que tiene pautados, solo siete son de extranjeros.
Entre la oferta nacional, el público disfrutará de la presentación del ballet La Cenicienta, interpretado por el Ballet Juvenil Costarricense, así como los conciertos Fidel Gamboa y el Quinteto Miravalles, y la Danza para dos pianos, del Dúo Feterman.
El auditorio capitalino también albergará, nuevamente, actividades como la Temporada Oficial de la Orquesta Sinfónica Nacional, la Temporada Pianística del Instituto Superior de Artes, el Festival de Música Credomatic y el Festival de Guitarras.
También está programado Festival de Coreógrafos que se quedará en setiembre y el ballet El Cascanueces, que cerrará la temporada anual.
Adicionalmente, regresarán programas de la sala como Teatro al Mediodía, que comenzará el 14 de febrero, y Música al Atardecer que volverá el 5 de abril.
En ellos participarán agrupaciones como Danza Abierta, de la Universidad de Costa Rica, Merecumbé, la Banda de Conciertos de Limón, Manuel Matarrita y el Cuarteto de Guitarras de Costa Rica.
“Escogimos propuestas de artistas nacionales que sean de calidad. No se trata de si es cultura popular o elitista, sino que sea representativa de lo que es nuestra identidad; esto es algo que, sino se hace desde el Teatro Nacional, que es la principal vitrina del país, no se haría”, dijo el jerarca.
Nueva adquisición. Durante el anuncio de la temporada 2012 del Teatro, Obregón también confirmó la compra de un nuevo piano para la sala josefina.
El instrumento es un Fazioli modelo 308, cuyo precio ronda los ¢87 millones.
El piano se compró con fondos del Ministerio de Cultura y, según Obregón, forma parte de un lote de un grupo de instrumentos que se adquirieron para los diferentes proyectos musicales de esa cartera.
“Este es el mejor piano de mejor manufactura que hay actualmente. En el país hay una gran cantidad de pianista y ni un solo instrumento bueno, solo estaba el más reciente Steinway, que ha dado muchos problemas y no todos los pianistas lo querían utilizar”, aseguró Obregón.
El ministro aseguró que para comprar este instrumento contaron con la colaboración del pianista costarricense Jacques Sagot. Él viajó a Italia para probarlo.