Telescopio capta huella de los primeros instantes tras el Big Bang

Instrumento en el Polo Sur detectó rastro de las primeras ondas gravitacionales

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El radiotelescopio Bicep2 – localizado en el Polo Sur– detectó las huellas de los primeros momentos del universo, después de la gran explosión que le dio origen, hace 13.800 millones de años.

Un equipo de astrónomos del Harvard -Smithsonian Center for Astrophysics anunció el hallazgo de rastros de ondas gravitacionales, una clara prueba que sustenta la teoría de la inflación cósmica.

Dicha teoría fue planteada, por primera vez, en 1979, por los astrofísicos Alan Guth, Alexei Starobinsky y Andrei Linde, para intentar explicar de qué modo el universo se expandió tan velozmente y, de manera exponencial, solo fracciones de segundo después de que ocurrió la gran explosión (Big Bang).

Guth y sus colegas buscaban comprender qué fue lo que alimentó esa violenta explosión y cómo se formaron las primeras partículas.

Luego de realizar varios cálculos matemáticos, Guth halló que la fuerza de gravedad, en el universo primitivo, se comportaba a la inversa: en vez de atraer los objetos los repelía, por lo que se produjo una gigantesca expansión.

El físico llamó a esa explosión expansiva “inflación cósmica” y hasta ahora solo era una teoría que necesitaba pruebas concretas.

El hallazgo. Esas constataciones son, precisamente, las que recabó el telescopio Bicep2 al explorar la llamada “radiación de fondo de microondas”, la radiación electromagnética que se produjo cuando el universo tenía aproximadamente 300.000 años de edad. Durante ese periodo, el universo se enfrió lo suficiente como para que las partículas pudiesen formar átomos y luego estrellas y galaxias.

“Las ondas gravitacionales son perturbaciones de la estructura del espacio-tiempo, que se propagan a la velocidad de la luz. La teoría general de la relatividad de Einstein predice que deben existir esas ondas y que son generadas por diversos procesos astrofísicos, pero hasta ahora no hemos podido detectarlas directamente”, explicó el físico costarricense, Alejandro Jenkins.

Los científicos suponían que al producirse la inflación cósmica quedaría una huella de estas ondas gravitacionales y eso fue lo que buscaron.

“La región del espacio que se infló para formar nuestro universo era originalmente tan pequeña, y la energía dentro de ella estaba tan concentrada, que los efectos de la mecánica cuántica eran importantes. En ese caso, la mecánica cuántica predice que se habrían dado ciertas fluctuaciones del espacio-tiempo”, agregó Jenkins. Esas fluctuaciones también habrían generado ondas gravitacionales.

Según detalló el físico, algunas de esas fluctuaciones explicarían por qué la materia se comenzó a acumular en ciertos puntos más que en otros, para producir, más adelante, las galaxias y los cúmulos de ellas.

Hito científico. “La detección de esta señal es uno de los objetivos más importantes en cosmología actualmente y es resultado de una enorme cantidad de trabajo llevado a cabo por muchos investigadores”, declaró el astrofísico John Kovac, líder del proyecto.

Varios científicos coinciden en que de comprobarse el descubrimiento realizado por este equipo, será posible aclarar muchas interrogantes fundamentales sobre los orígenes del universo.

“Estos resultados no solo dan una prueba irrefutable de la inflación cósmica, sino que también informan de ese momento de rápida expansión del universo y de la potencia de este fenómeno”, opinó el físico teórico Avi Loeb, de la Universidad de Harvard .

Por su parte, el físico Tom LeCompte, de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), opinó que “este es el anuncio más grande en física en años” y podría valerles el Premio Nobel.