Teatro político sin suspenso

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Con un libreto armado y conocido de antemano y una trama regida por un propósito de concertación más que de conflicto, la elección del directorio de la Asamblea Legislativa tuvo un desenlace carente de drama y suspenso.

Los únicos giros inesperados en el guion los dieron el repentino cambio de reparto cuando la diputada libertaria, Mireya Zamora, fue escogida para el papel de secretaria en vez de su correligionaria Patricia Pérez, y el tímido rompimiento del protocolo de parte del único diputado de Frente Amplio, José María Villalta, quien se presentó en el plenario sin corbata.

Por lo demás, en su debut, el joven Villalta se perfila como un digno sucesor de ese admirable histrión parlamentario, José Merino del Río, para asumir el papel de tábano legislativo.

Pero quizá el verdadero galán del espectáculo estuvo entre bastidores y no figuró en el elenco que llevó a cabo la función.

Sin duda, las últimas actuaciones de Otto Guevara en el más amplio escenario político nacional, en dúo con la presidenta electa, Laura Chinchilla, lo señalan como una estrella con capacidad suficiente para desempeñar en el futuro el papel protagónico de la comedia republicana.

A mis ojos, donde la representación popular falló por completo fue en la escenografía. El recinto donde se reúne el plenario de la Asamblea Legislativa desluce como un ámbito estrecho, inelegante, incómodo, por completo ajeno a toda solemnidad y, por lo tanto, inapropiado para cumplir con la majestad de las tareas asignadas por el pueblo a los diputados.

Peor aún, dentro del inmueble hay lugares de acceso público que se ven en completo abandono y tienen aspecto de tugurio, sobre todo en la entrada por el puente peatonal elevado que lleva a la barra de prensa.

En todo caso, me parece vergonzoso que los diputados hayan permitido semejante deterioro en el edificio que alberga al Primer Poder de la República. Podría ser útil para el futuro Ministro de Vivienda pasar ahí una noche para sensibilizarse de la situación apremiante de los indigentes.