Ambos son deportistas, pero ninguno en esta disciplina. Daniel, atleta paralímpico de seis años, se bate en un duelo de “pulso” con el taekondista maliense Daba Modibo Keita. Ambas manos van y vienen hasta que el niño vence.
Un grupo de ocho taekwondistas, todos campeones internacionales en algún momento de sus vidas, llegaron el viernes al Hospital Nacional de Niños para conocer a los pacientes de la Clínica de Espina Bífida y recorrer el lugar.
La visita es parte de una serie de actividades relacionadas al Costa Rica Open de Taekwondo, un evento de capacitación y competencia que donará parte de sus ingresos a esta clínica especializada del Hospital Nacional de Niños (HNN).
La unidad brinda servicios a unos 400 niños y adolescentes, la mayoría de ellos de bajos recursos.
“Todo lo que sea influencia de los deportistas, con su esfuerzo y disciplina, puede servir como ejemplo para niños que tienen algún grado de discapacidad física, pero que aún así pueden salir adelante”, apuntó Ana Laura Jiménez, coordinadora de la clínica.
La cooperación es promovida por el propio hospital, la Federación Costarricense de Taekwondo y la Fundación Ireno Fargas.
Esta última es liderada por el propio Fargas, un español que fue campeón mundial en 1983 y en la actualidad se desempeña como entrenador de esta disciplina.
“La vida nos ha dado mucho a nosotros los deportistas y tenemos que dar de vuelta. Una de las maneras de hacerlo es esta: motivar a los chicos y a sus padres”, apuntó Fargas, quien lidera la capacitación como parte del Costa Rica Open.
El seminario comenzó a mitad de la semana pasada y termina hoy con el torneo. Se han inscrito alrededor de 140 participantes.
Crónico. La espina bífida es una malformación congénita de la espina dorsal. Es provocada cuando uno o varios arcos vertebrales no se fusionan correctamente durante la gestación. En ocasiones, la enfermedad se desarrolla en el primer mes de embarazo.
“Aún no se tiene muy claro qué origina la espina bífida. Probablemente hay cierta predisposición genética, pero son muchos factores que influyen”, explicó Jiménez.
La doctora comentó que también se ha relacionado con deficiencia de ácido fólico en las madres y, por esto, la cantidad de casos en Costa Rica disminuyó cuando empezaron a fortificarse los alimentos en nuestro país.
Este proceso –que consiste en reforzar ciertos alimentos con ácido fólico– comenzó en 1997 con harina de trigo.
Desde entonces se ha extendido a otros productos como la harina de maíz, el arroz y la leche.