Su personalidad según el díaen que nació

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Un nuevo estudio, desarrollado en ratones, sugiere que el día y el lugar del planeta donde usted nació tienen un impacto en el desarrollo de su personalidad.

Esto no se debe a la alineación de los astros ni los signos zodiacales: es un asunto de la configuración de su reloj biológico o ritmo circadiano.

Eso porque la duración de los días y las noches a la hora de nacer y a lo largo de los primeros meses de vida ponen un sello en el funcionamiento de nuestro ritmo circadiano y parecen ser la explicación a por qué quienes nacen en los meses de invierno son más proclives a desarrollar trastornos neurológicos como la depresión durante el invierno, bipolaridad o esquizofrenia.

Así, el reloj biológico de quienes nacen en el invierno, donde hay ocho horas de luz y 16 de oscuridad al día, se configura de forma distinta del de quienes nacen en el verano, 16 horas de luz, ocho de oscuridad, y de quienes nacen durante los equinoccios, 12 horas de luz, 12 horas de oscuridad (esta última es la situación que se presenta todo el año en nuestro país).

Según el estudio de la Universidad de Vanderbilt, EE. UU., publicado ayer en la revista Nature Neuroscience , los ratones que nacen en verano poseen un reloj biológico capaz de acomodarse con más facilidad a los días de cualquier época del año, manteniendo siempre una rutina de 10 horas de actividad y 14 de descanso, mientras que los que nacen en invierno varían su rutina según la época del año, manteniéndose activos hasta durante 14 horas diarias durante el verano.

En el caso de los ratones que nacieron durante el equinoccio, mostraron sutiles variaciones en sus rutinas, de no más de una hora, según la época del año.

El experimento. Para conocer el impacto de las horas disponibles de luz solar en la configuración del reloj circadiano, un equipo de investigadores, liderados por Douglas McMahon y Christopher Ciarlegio, echaron mano de pequeños roedores modificados genéticamente: se incluyó dentro de su genoma un gen extra que produce una proteína fluorescente que se activa – e ilumina– cada vez que las neuronas en el reloj circadiano, ubicado en un pequeño espacio en el puro medio del cerebro de estos animales, detrás del ojo, se activan.

Desde antes de nacer, los investigadores acomodaron a las mamás ratonas en diferentes ambientes controlados: uno que simulaba el invierno, otro el verano y otro el equinoccio. Se mantuvieron en dichos ambientes hasta que los bebés dejaron de amamantarse y luego les cambiaron el ambiente a algunos de ellos para ver cómo reaccionaban.

Tal como sospechaban, los relojes biológicos de los roedores se vieron afectados por la luz disponible a la hora de nacer.

Mientras que aquellos que nacieron en ‘verano’ mostraron tener la habilidad de alinear su reloj biológico para tener el pico de actividad de dicho centro neurológico siempre con el amanecer, sin importar la época del año, y mantenerlo activo durante 10 horas; los que nacieron en ‘invierno’ no: en el invierno su actividad neuronal llegaba a su pico una hora después del amanecer y se mantenía activa por 10 horas, pero en verano el pico de actividad se registró dos horas antes del amanecer y se mantuvo activa 12 horas más.

Está demostrado que el ritmo circadiano, entre otras cosas, regula nuestro humor. Si nuestro reloj biológico se ve afectado por el día y el lugar donde nacimos, nuestra personalidad también' y no se debe a la posición de los astros.