Silvia, la hija rebelde del Ministro

Cara a cara. La discusión del presupuesto universitario puso al Ministro de Hacienda y a su hija en aceras contrarias. Mientras ella lideraba las marchas para exigir más dinero, él se aferró a la crisis fiscal para explicar la razón que impidió al Estado cumplir con esa exigencia.

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La chiquilla tímida que acostumbraba chinear es ahora quien lo critica por impulsar una reforma fiscal y negar un presupuesto mayor a las universidades públicas.

Aquella niña que sentaba a su lado ocupa hoy una silla con sindicalistas opuestos a las políticas económicas que él traza, por considerar que aumentan la desigualdad.

La joven, quien podría ser parte de su agrupación política, Liberación Nacional (PLN), desea fundar un partido de izquierda, dirigido por trabajadores y con espacio para sindicalistas.

Ella es Silvia Herrero Rodríguez, presidenta de la Federación de Estudiantes de la UCR (Feucr) y quien fue rostro visible de las recientes marchas de universitarios por el presupuesto.

Él es Fernando Herrero, su padre y el ministro de Hacienda. Florisabel Rodríguez, mamá de Silvia, es asesora ad honorem de la presidenta Laura Chinchilla.

Silvia nació el 8 de octubre de 1987, por lo que pronto cumplirá 23 años. Su papá recuerda que era muy tímida y que fue hace un par de años cuando empezó a participar en luchas sociales desde la UCR. Precisamente, en el 2008 fue parte de los abanderados del No al TLC con Estados Unidos.

“Pues sí, era bastante callada, no le hablaba mucho a la gente. Mi posición política más clara comenzó con la discusión del TLC”, relató Silvia.

Fue en el colegio Humanístico de la Universidad Nacional (UNA) donde cambió. Ahí cursó décimo y undécimo año; los primeros tres años los hizo en el Blue Valley, en Escazú.

“El contacto con gente que viene de muchas experiencias de vida diferentes a las que había conocido y la influencia de profesores universitarios (en el colegio) me dio otra perspectiva de la realidad”, narró Silvia.

Esa diferencia ideológica obliga a esta familia a no incluir en las conversaciones la política ni las decisiones de Hacienda, aunque Silvia reconoce tener poco contacto con sus progenitores.

“Él (Herrero) es una persona y yo soy otra y en los hechos se evidencia bastante. Soy independiente, ni siquiera vivo con ellos. Nos vemos cada... nunca, no hay tiempo, de mi parte, la Feucr consume 24 horas los siete días de la semana”, aseguró. Su padre reconoció que ni siquiera la ayuda con dinero pues así lo pidió ella.

“Me hace sentir orgulloso y sentir que fue un éxito el esfuerzo hecho para que se convirtiera en una persona que piensa y decide por sí misma”, reflexionó Herrero, quien reconoció que en las negociaciones fue inevitable verla como hija, pero sin consentirla.

Desde principios de este año Silvia vive en Coronado con dos amigas; no tiene novio. “Trabajo en asistencias personales; le ayudo a compañeros. A veces paso apretadilla (de dinero), pero es el precio de la libertad”.

El Ministro y su hija enfatizan que esa independencia no se debió a las negociaciones por el presupuesto universitario, en las que Silvia siempre lo enfrentó, al igual que al ministro de Educación, Leonardo Garnier.

“Ellos son las personas que impulsan esta política. Entonces hay que salir (a protestar) para que no ataquen a la educación superior estatal”, dijo Silvia, quien tiene un hermano de 28 años.

La posición inflexible de esta joven sobre el monto en que debe aumentar el aporte estatal para las U públicas también la llevó a enfrentar a la propia rectora de la UCR, Yamileth González.

Su padre dice admirar su don de liderazgo y la fuerza con que defiende sus ideales, ese mismo esmero que la llevó a tomar dos días la Rectoría (tras un acuerdo de la Feucr) y por lo que 4.000 universitarios firmaron un documento en el que piden la renuncia de la joven. Ella afirma que todo es un ataque político.

Silvia, bachiller en Psicología a punto de graduarse, sueña con un país más justo. Su padre dice añorar lo mismo, aunque usando otras estrategias.