Seguridad en frontera norte también se atasca en la trocha

Tardanza se suma a cambio de enfoque, menos policíaco, con el ministro actual

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Aquella era una red de seguridad con helipuertos, defensas perimetrales en torno a la base de Murciélago y con protección antiaérea. Cámaras altas para monitorear 24 horas, mallas de acceso a los ríos fronterizos y con una Policía de Fronteras formada por agentes especializados. Y un impuesto especial de “defensa”.

La real es una red de seguridad con policías normales que patrullan a lo largo de los 360 kilómetros de frontera, con torres sin cámaras y un helipuerto a medias. También algunos carros de doble tracción para recorrer los caminos construidos después del conflicto con Nicaragua por la supuesta invasión en isla Calero, en octubre del 2010.

El Gobierno tiene el plan de instalar cinco “megadelegaciones” a lo largo de la frontera, pero no se sabe aún en qué puntos.

“Eso será una segunda fase, cuando se concluya la ruta 1856”, manifestó ayer el ministro de Seguridad, Mario Zamora, en clara referencia a la conocida trocha fronteriza, que el Gobierno intenta salvar del embate de las lluvias mientras el Ministerio Público investiga posibles casos de corrupción en todo el proceso de contratación de la polémica obra.

Así está el planteamiento de seguridad fronteriza del Gobierno casi dos años después de que reventó el conflicto diplomático con Nicaragua. Ahora, con un ministro de Seguridad diferente, el enfoque es menos policíaco y, además, una parte del sistema depende del avance de una trocha y de la “dinámica” que se genere en torno a ella, según Zamora.

“Por ahora lo más responsable es ubicar esas delegaciones con estudios técnicos después de verla activa y en uso (la trocha). Hacerlo a dedo me haría incurrir en un error”, agregó el ministro,

El jerarca declinó dar demasiados detalles de cómo se vigila la frontera contra el narcotráfico y contra “el adversario hostil”, como llamó Zamora a Nicaragua. “Por tierra, mar y aire seguimos ejerciendo nuestra soberanía, pero sería suicida dar toda la información”, contestó Zamora.

La cantidad de policías que patrullan el territorio es uno de esos datos ocultos, pero para el jerarca lo importante es que “nunca en la historia el país se ha ejercido la autoridad de la policía en esa zona con tanta intensidad. Ni siquiera durante las guerras de los 80”.

La percepción de algunos dirigentes comunales en la zona es muy distinta.

“No he visto ningún cambio relevante. Sigue siendo escasa la policía aquí. Es decir, el anunciado aumento de policías no se ha dado. No siempre los policías cuentan con carro para movilizarse y en caso de una emergencia es una gran debilidad que jugaría en contra de los mismos policías”, dijo Carlos Herrera, vicepresidente de la Asociación de Desarrollo Integral de Coopevega de Cutris, en San Carlos.

Zamora subraya que ahora, con la habilitación de caminos, es posible patrullar y no depender de estaciones policiales. Distancias que antes un agente debía caminar seis horas, un carro le permite recorrerlas en una hora.

Aunque se le pidió a Zamora información sobre inversión y resultados de los operativos de seguridad desarrollados en su gestión, no fue posible obtenerla sistematizada al cierre de esta edición. El jerarca ofreció entregarla cuanto antes.

El reforzamiento de la seguridad en frontera fue una de las consecuencias del conflicto que llevó a Costa Rica a demandar a Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en Holanda. Colaboró el corresponsal Carlos Hernández