Un Padrenuestro, un martillazo; el susurro de una oración, el escándalo de un taladro; una mujer que "camina" de rodillas hacia el altar, un hombre que sube a un andamio... Desde la semana pasada, el ambiente en la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced, cambió, pues comenzaron los trabajos para asegurar consolidar la estructura del templo.
La obra se prolongará por ocho meses y, apenas, es la primera parte del intenso y ambicioso proyecto de restauración de ese templo, que tardará unos cuatro años y costará cerca de ¢300 millones, detalló Sandra Quirós, directora del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural, del Ministerio de Cultura
Trabajos actuales
En estos días, el ingeniero Miguel Cruz y varios trabajadores de las construcción laboran en el reforzamiento estructural de las paredes de las naves norte y sur de la iglesia.
¿Por qué es necesario reforzar las paredes de la Merced? Según explicó Cruz, la debilidad de los altos muros de ladrillo se debe a que solo están agarrados al piso y, en algunos casos, a otra pared.
Es decir, las paredes tienen pocos puntos de apoyo para soportar un sismo y no desmoronarse. Por ello, explicó Cruz, se meterán dentro de esas murallas unas fuertes columnas de concreto, las cuales estarán unidas a los cimientos, también reforzados con cemento.
Además, el templo será sostenido, en su parte superior, por una viga corona que hará más compacta y fuerte su estructura.
En cada una de las paredes de las naves norte y sur de la Iglesia de la Merced se pondrán dos columnas de cemento, mientras que las de la nave principal serán reforzadas con seis.
"Todo esto va interno. Cuando se vuelva a poner el repello no se notarán los trabajos, pero las paredes sí serán más resistentes", expresó el ingeniero.
Lo más problemático
Las partes más dañadas de la Merced son la torre y los muros con los dos grandes rosetones enormes vitrales redondos ubicados en las naves norte y sur
Las grietas y hasta un gran hueco sobre el rosetón de la pared de la nave norte son la evidencia más clara del peligro que corren esos elementos.
Allí, los expertos optarán, según tienen planeado, por quitar el recubrimiento, poner una malla de acero, rellenar con un mortero de gran resistencia y sellar el muro con un nuevo repello.
Pero el trabajo de la torre ubicada en la entrada principal de la iglesia es el más complejo. En esa parte, se pondrán columnas de cemento dentro de las paredes de ladrillo, amarradas a otras vigas de cemento que están ubicadas bajo las ventanas de la torre.
"Aquí no se elimina ni se cambia lo original, sino que incorporamos elementos adicionales para asegurar la estructura antigua", manifestó la directora del Centro de Patrimonio.
Después de estas obras, se cambiará la instalación eléctrica y se restaurarán las pinturas y los vitrales.
Un detalle interesante es que los especialistas descubrieron que todo el interior de la iglesia está lleno de pinturas, las cuales se cubrieron hace muchos años.
No obstante, su restauración será un proceso lentísimo y de mucho cuidado, porque son muchas las pinturas y han sido muy afectadas por la abundante humedad en los muros. Según Quirós, aún estudian qué harán con las pinturas que descubrieron.
El proyecto de restauración también incluye pintar el edificio y arreglar las zonas aledañas, es decir, la zona de los jardines y las rejas que rodean el terreno.
¿De dónde saldrán los ¢300 millones para la restauración? El Ministerio de Cultura aportó ¢25 millones. El resto los conseguirá la propia Iglesia de la Merced, a través de distintas actividades para la recolección de fondos.
Cuentas claras...
Pablo Vargas, gerente del proyecto de restauración del templo, comentó que ya han recogido un 50 por ciento de lo necesario para los trabajos.
El dinero ha ingresado a las arcas de la restauración por dos vías: donaciones de importantes empresas deducibles del impuesto de la renta y el programa Amigos de la Merced, a través del cual más de 450 personan donan, mensualmente, ¢1.000 o más.
"Le aseguro que vamos a tener todos los recursos para poder terminar", afirmó Vargas.
Así, poco a poco, los costarricenses verán cómo el hasta ahora descuidado templo josefino recobra su escondido y majestuoso esplendor. v
Joya neogótica
La construcción de la actual Iglesia de la Merced se inició en junio de 1894, cuando era obispo de Costa Rica monseñor Bernardo Augusto Thiel.
El ingeniero Lesmes Jiménez Bonnefil y el arquitecto Jaime Carranza Aguilar estuvieron a cargo de su diseño arquitectónico.
El estilo arquitectónico del templo es el neogótico, en el cual resaltan los rosetones y las agujas en las torres, que apuntan al cielo.
Las paredes son de ladrillo, la armadura de los techos es de vigas de acero y el cielorraso de finas maderas.
Fuente : Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural.