Las creencias populares señalan que existe una relación entre lo que una mujer come durante el embarazo y el bebé. Los mitos dicen que, si la mujer no obedece a los antojos, el bebé saldrá con la boca abierta, con una mancha en el ojo' y quién sabe qué más; pero son solo mitos, creencias sin fundamento.
En lo que la sabiduría popular no se equivoca es en que, en efecto, hay una relación entre lo que la mamá come y el resultado del bebé en gestación: la dieta de la mujer durante el embarazo puede influir en las alergias que desarrollará el niño, según un estudio publicado en The Journal of Physiology .
Se trata de una influencia positiva. El secreto está en consumir, durante el embarazo, una dieta alta en ácidos grasos poliinsaturados (PUFA), los famosos omega 3 y omega 6, presentes en pescados grasosos como el atún y el salmón, en las nueces y los granos, a los que se les atribuye el poder de dotarnos con mejor salud cardiovascular.
¿Por qué se logra hacer que el bebé sea menos propenso a desarrollar alergias al comer esos alimentos? Según los hallazgos del equipo del Instituto Francés de Investigación Agronómica, dirigidos por Gaëlle Boudry, los PUFA cambian la forma en que se desarrolla el intestino del bebé, y esto tiene una influencia en cómo se madura en sistema inmune del intestino.
Más en detalle, el estudio halló que estos ácidos grasos hacen que el intestino del bebé sea más permeable, lo cual permite que bacterias y nuevas sustancias pasen con más facilidad a través de las capas del intestino y lleguen sin complicación al torrente sanguíneo, donde se activa la respuesta inmunitaria del bebé a la nueva sustancia.
El resultado es que el bebé logra madurar su sistema inmune con mayor rapidez, lo que lleva a un menor riesgo de desarrollar alergias. Para ahondar más en el efecto de estos alimentos en el desarrollo del intestino, Boudry y sus colegas estudiarán a cerdos en gestación.
No obstante, esta investigación es razón suficiente para motivar a mujeres embarazadas a incluir los alimentos ricos en ácidos grasos poliinsaturados en su dieta: son buenos para ellas y también para su bebé.