Presidente rumano evita caída gracias a abstencionismo

Poca afluencia de votantes invalidó consulta y deja al mandatario en puesto

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Bucarest. AFP. Tras una participación de tan solo el 37, 67% de la población en el referendo para destituir al presidente Traian Basescu, el “golpe de Estado” –como lo llamó el político– quedó sepultado ayer pues se requería que más del 50% de votantes acudieran a las urnas.

El estimado de participación se dio a tres horas del cierre de las urnas y el resultado oficial se dará a conocer hoy.

No obstante, Traian Basescu, suspendido de sus funciones por el Parlamento debido a supuestas violaciones graves de la Constitución, se mostró satisfecho con el desenlace de las votaciones.

“Los rumanos rechazaron el golpe de Estado de los 256 parlamentarios liderados por Victor Ponta (primer ministro) y Crin Antonescu (presidente interino)”, declaró Basescu desde la sede de su cuartel de campaña, unos minutos después del cierre de los colegios electorales.

“Los rumanos decidieron su suerte invalidando el referendo”, agregó el presidente.

El mandatario interino, Crin Antonescu, declaró por su parte que la mayoría de centro izquierda respetará las decisiones de la Corte Constitucional, que debe validar o no el referendo sobre la destitución de Basescu.

“Actuaremos sobre la base del respeto de todas las instituciones habilitadas, sea la Oficina Electoral central o la Corte Constitucional”, añadió Antonescu apenas cerraron los colegios electorales.

Por su parte, la Comisión Europea observará con atención el resultado de esta consulta, después de haber criticado a mediados de julio los métodos de la Unión Social Liberal (centro izquierda) del primer ministro Victor Ponta para facilitar la destitución del líder.

Segundo susto. Basescu, un ex capitán de la marina, ya superó la prueba de un primer referéndum de destitución en 2007, pero vio desplomarse su popularidad después de una serie de medidas de austeridad aplicadas en 2010, a pedido del Fondo Monetario Internacional a cambio de un plan de rescate.

Los rivales del gobierno de Basescu sostienen que el mandatario populista, de 60 años, se ha dedicado a inmiscuirse en los negocios del gobierno, repartir favores entre sus partidarios y usar el servicio secreto contra sus enemigos.

Por su parte, Basescu, ex capitán de marina cuya popularidad se ha desplomado ante los problemas económicos, sostiene que el proceso de encausamiento solo es una venganza política tramada por la oposición.