Presidenta Chinchilla: ‘Toda escoba nueva barre bien’

Mandataria espera ‘barrer bien’ los cuatro años de su gestión de gobierno

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“Toda escoba nueva barre bien, y yo espero barrer bien los cuatro años de gobierno”, dijo ayer la presidenta, Laura Chinchilla, poco después de entrar por la puerta principal de la Casa Presidencial.

En los pasillos, los empleados que quedaron de la recién concluida Administración Arias Sánchez recibieron a Chinchilla con aplausos.

La mandataria sonreía a izquierda y derecha, rodeada de la luz de las 8:40 a. m., en su primer lunes como presidenta.

Ingresaba con una imagen de la Virgen de los Ángeles y un cofre con varios rosarios que le regalaron sus simpatizantes durante la campaña electoral.

En el despacho presidencial, Chinchilla se encontró con un arreglo de orquídeas enviado por el expresidente Óscar Arias.

A las 10:15 a. m., empezó el movimiento en los anchos pasillos de la casa de Gobierno. El padre Jorge Solórzano, párroco de la Basílica de los Ángeles y capellán de la Casa Presidencial, había llegado a dar la bendición a Chinchilla y a sus vicepresidentes, Alfio Piva y Luis Liberman.

Poco después, la Presidenta mezcló el optimismo de su primer día con la preocupación transmitida por el equipo del Ministerio de Comercio Exterior (Comex), encargado de negociar el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, que se ha puesto cuesta arriba para Centroamérica.

En los pasillos y despachos, los nuevos funcionarios caminaban con cara de despistados, y los antiguos, con la confianza que da pisar suelo conocido.

En sus despachos, tanto Piva como Liberman inspeccionaban sus dominios, y, en los corredores, el ministro de la Presidencia, Marco Vargas, abría la polémica al hablar en favor de un aumento de sueldo para los diputados.

Con un perfil más bajo, los directores administrativos se reunían con sus pupilos para ponerlos al tanto de las reglas de la casa.

Por la tarde, Chinchilla reapareció para recibir a los padres del niño Gustavo González, que murió de cáncer recientemente y quien fue mencionado por la Presidenta en su discurso del 8 de mayo. Finalmente, la mandataria cerró la jornada recibiendo al expresidente español José María Aznar, quien pasó a saludarla.