‘Por dicha esta es la última elección un diciembre’

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Luis Antonio Sobrado, presidente del TSE, espera que la participación aumente este domingo, pese a la lluvia, el conflicto con Nicaragua y el aguinaldo. Los partidos no aprovecharon el financiamiento estatal. Muchos se abstienen por razones erradas. No es pecado tener un mismo alcalde por 26 años.

No pinta bien el ánimo nacional para las elecciones...

Yo creo que sí pinta muy bien. Gran cantidad de costarricenses lo viven, a pesar de dificultades de toda índole, empezando por la situación climática, siguiendo por el conflicto fronterizo y terminando con el reparto de aguinaldos...

¿Siente que se superará el 40% de participación?

Yo nunca dije que menos de 40% sería un fracaso. No que un 39% sea un fracaso. Nuestro compromiso como país debe ser superar los índices de participación de hace cuatro (24,6%) y ocho años (22,8%).

¿Cuál sería el factor que elevaría entonces esa participación?

Ha costado entender que esta es una elección tan importante como la nacional, pero conforme transcurren los procesos municipales se da una mayor costumbre a la cita con las urnas. También he dicho que el referendo del TLC supuso un reencuentro de muchos con el interés por la cosa pública.

¿Los partidos se tomaron en serio esta elección?

Los pilló en mal momento. Por ser diciembre, los partidos están desgastados por la elección nacional, con pocos recursos y eso afecta su capacidad de convocatoria y de hacer campaña. Por dicha esta es la última elección un diciembre. En el 2016 será en febrero.

Pesa la idea de que las municipalidades importan poco...

Eso ha ido cambiando. La única manera de que se cumplan las expectativas sobre las potestades del gobierno local es con suficiente autonomía, que la tienen, pero también con recursos suficientes y competencias adecuadas para el desarrollo de su pueblo. Indudablemente este proceso gradual nos va a llevar a municipalidades más capaces. Pensemos en que en muchos países desarrollados el 10% de la riqueza pública está en las municipalidades. Aquí anda por un 1%.

¿La discusión sobre las leyes de descentralización ha calentado o ha contaminado la elección?

Esa discusión no tiene razón de ser, porque ya está definido en términos constitucionales.

Hay candidatos que prefieren una abstención alta...

No lo sé. Lo que sí quiero decirle es que el abstencionista no logra nada. Todo lo decide el votante.

La presidenta Laura Chinchilla no votará.

Tiene responsabilidades muy importantes en un momento delicado de las relaciones exteriores. No anda en ninguna frivolidad.

¿Qué efecto tuvo disponer por primera vez de deuda política?

En ese campo, los partidos no han sabido aprovechar óptimamente las facilidades del nuevo Código Electoral, pero la falta de plata no es una excusa. Hace cuatro años no hubo ni un peso.

¿Habríamos visto una mejor campaña para el electorado?

Indudablemente hubiera permitido una mayor holgura para sus afanes proselitistas. En este campo hace falta caminar.

¿Cómo califica esta campaña?

Ha sido fría, con pocos signos externos. En los últimos días empezamos a ver algunos, pero no muchos. Sí creo que ha habido debates e información disponible para decidir.

¿Son mejores las elecciones municipales en la zona rural?

Los números lo dicen. En la zona rural hay un sentido más auténtico de comunidad, conocen más a sus candidatos, pueden ver sus trayectorias; distinto a estas grandes ciudades impersonales, llenas de barrios donde la gente solo llega a dormir. Es impresionante que en el 2006 votó la mitad de la población en Talamanca, donde deben caminar horas para llegar a la urna. Eso nos tiene que hacer reflexionar.

Desde ese punto de vista, la abstención no sería un problema pues no sería más que el reflejo del tipo de sociedad de este país...

Vea qué curioso: en las elecciones del 2006 (febrero) la participación fue escasa en los litorales e intensa en el área metropolitana. Hay que estudiar eso.

Prima cierta desconfianza en los alcaldes y los candidatos...

No es justo que las manchas de unos pocos afecten a miles de candidatos. Las dos razones de más peso para abstenerse es que todos son corruptos y que como ciudadano no gano nada al votar. Y eso no es cierto, con todo respeto para los ciudadanos que así creen. Son razones equivocadas. No todos son iguales. Hay 15.000 candidatos de toda naturaleza. Y tampoco es cierto que no se juegue nada. Es arreglar o agravar los problemas más próximos. Es dar las riendas de un municipio por más de cinco años.

¿ Cree que la gestión de los alcaldes actuales estimula a votar?

No tiene por qué. Si el alcalde hizo bien las cosas, que voten: si las hizo mal, mejor razón para votar.

¿Ve que los partidos estén asumiendo esta elección como el camino a una elección nacional?

Cada partido es una realidad distinta, pero la elección municipal puede posicionar personas que quieren ser diputados o presidente. Ojalá, para que los partidos no se apaguen cada cuatro años.

¿Es un ascenso ser primero alcalde y después diputado?

Son cosas muy distintas. Ser alcalde es ser el principal responsable de una comunidad. Un diputado tiene un alcance nacional, pero es uno de 57 y puede pasar sin pena ni gloria. Sin embargo, es válido plantearse ser regidor, alcalde, diputado y después presidente, aunque sea una visión muy simplista.

Entonces no es un descenso ser primero diputado y luego alcalde...

Son ámbitos muy distintos. No puedo decir si es malo o bueno, porque hay casos que se están dando y no quiero parecer que favorezco a uno de ellos, pero es lícito.

¿Está bien que un cantón tenga 26 años a un mismo alcalde (podría ocurrir en San José)?

Eso lo tienen que decidir los mismos josefinos el domingo.

¿La alternabilidad es un valor positivo en los sistemas políticos?

No me corresponde decir si un alcalde debe o no debe seguir en el mandato. Yo, en principio, creo en la reelección, aunque no en la presidencia porque América Latina ya tiene muy malas experiencias. Claro que debe haber una renovación democrática de ese liderazgo y hay que que ser especialmente celosos para que un candidato no use recursos municipales en su campaña. Esa es una regla de oro.