Pocos se salvan de las llamadas de los agentes de tarjetas

Mayoría declina ‘amablemente’ el ofrecimiento; minoría pierde la paciencia

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“Solo les digo: no gracias, no me interesa”; “a mí no me molesta en lo absoluto que me llamen”; “me hago de la vista gorda”; “la primera vez con normalidad se niega la tarjeta... ya la sexta o sétima vez (respondo) con una madreada...”.

Estas son algunas de las respuestas que las personas dicen ofrecer a los promotores de tarjetas de crédito cuando reciben una de sus llamadas telefónicas, en una consulta hecha por este diario en Facebook, a finales de julio.

Lo cierto es que estudios más formales indican que solo una minoría puede decir que nunca ha recibido un timbrazo de los vendedores de tarjetas.

Siete de cada 10 costarricenses fueron blanco de este tipo de llamadas, según una encuesta de Unimer para La Nación entre el 20 y el 26 de junio pasados.

La muestra telefónica abarcó a 600 personas de todo el país y de diferentes segmentos socioeconómicos. El margen de error es de cuatro puntos porcentuales.

Este margen aumenta a 4,7 puntos porcentuales cuando la muestra se reduce a las 439 personas (73%) que reconocieron haber recibido llamadas de los emisores para ofrecerles un plástico, y a los cuales Unimer consultó sobre su reacción ante este abordaje.

¿Qué hacen? La empresa preguntó a ese grupo de 439 personas cuál es su reacción o respuesta cuando recibieron la llamada, y la mayoría (86%) dijo que rechazó el plástico.

Una de ellas es Karla Romero, quien en Facebook indicó: “Yo escucho de manera muy cortés y luego les digo que mil gracias por la información, pero no estoy interesada. A mi parecer, ya este tipo de telemercadeo debería desaparecer”.

Un 4,6% aseguró que le indica a la persona que lo han llamado en reiteradas ocasiones, y un 4,3% se molesta y corta la llamada.

Este es el caso de José Andrés Arias, quien de manera escueta escribió: “Los mando pa’l carajo”.

La misma encuesta de Unimer también le preguntó a los 439 consultados si han aceptado alguna tarjeta de crédito, y el 28% aseguró que sí frente a un 72% que respondió negativamente.

Reacciones. María del Mar Herrera, abogada especialista en temas de derechos del consumidor, explicó que el nuevo Reglamento de tarjetas de crédito y débito del Ministerio de Economía (MEIC) introdujo el concepto de acoso en la cobranza.

El reglamento no establece mínimos o máximos de llamadas, por lo que este criterio queda a juicio de cada entidad.

Incluso, ya existe jurisprudencia que pone a raya a las firmas emisoras del llamado dinero de plástico. En el 2009, un ciudadano de apellidos Elizondo Morales demandó a Citi Tarjetas por acoso telefónico, y en enero pasado el Juzgado Tercero Civil de Mayor Cuantía falló a favor del afectado y obligó al banco a pagarle ¢1 millón.

Denuncias. Además del estudio de Unimer, el Ministerio de Economía ha registrado el malestar de los costarricenses en relación con las llamadas telefónicas.

Mientras la Oficina del Consumidor recibió en el 2010 seis denuncias por acoso telefónico, esta cifra cayó a únicamente dos en el 2011. En lo que va del 2012 no se han recibido quejas por ello.

La caída de denuncias también se nota en otros apartados como incumplimiento de contrato, cobros indebidos, falta de información, no entrega de estados de cuenta y problemas con la cancelación.

Mientras en el 2010, el número total de quejas fue de 80, en el 2011 la cantidad bajó a 60.

En lo que va del 2012, las denuncias registradas son 32.