Norma Campos tuvo al inicio de la década de 1980 la “idea loca” de comenzar a recolectar cartón y papel para venderlo y ser reutilizado. Hoy, 32 años después, ella sigue al frente de Empacadora y Recicladora Capri una empresa que trata hasta 300 toneladas de material de reciclaje y es el sustento de 30 familias. “El reciclaje si la gente lo sabe llevar será un éxito. A nosotros las grandes empresas nos abren sus puertas en cualquier lado”, contó.
Al igual que Campos, hay cientos de personas que viven del reciclaje una actividad que cada vez gana más conciencia entre la población costarricense. Según el Censo 2011, más de un 40% de los los hogares separa el vidrio, plástico y aluminio del resto de desechos. Mientras que en más de 434.000 viviendas el papel se almacena en bolsas diferenciadas.
Priscilla Mena, cofundadora de Recyclub, compañía que trabaja en Los Guidos de Desamparados, comentó que comenzaron a operar hace siete años y actualmente emplean a 50 personas. “El reciclaje es un negocio y una necesidad. Damos trabajo a muchas familias en riesgo social. Además nuestra prioridad es emplear a personas que vivan en esta zona”, recalcó.
La labor de muchas de estas organizaciones no solo es dar empleo, sino educar. Margarita Castro, presidenta y fundadora de la Asociación de Mujeres Ambientalistas 4R’s, de Florencia de San Carlos, está orgullosa de que antes de 2003, cuando nació la entidad, pocas personas conocían qué era el reciclaje. “Nuestra meta es la educación porque capacitamos a las familias para que sepan recuperar los residuos en sus casas. Damos capacitación gratuita a quienes lo pidan. Actualmente tenemos dos centros de recuperación y hemos logrado reciclar 3,5 millones de kilos de material reciclable”, comentó.