Parque de Estrada se llenó de sabor y nostalgia

Inundaciones y un terremoto obligaron a las familias a dejar sus casas de habitación

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Estrada, Matina. Unas 500 personas se hicieron presentes en el parque de Estrada en lo que fue el Primer Encuentro de Estradeños, realizado este domingo.

Un grupo de cinco generaciones se reunió para departir, a ritmo de calipso, reggae , mucho sabor y alegría. Cada familia narró remembranzas y travesuras para recordar la vida que dejó atrás.

Ellos debieron salir de sus casas, en algunos casos, por la grave inundación que afectó al poblado en la década de 1970; otros se fueron luego del terremoto de 1991.

Rossetta Norman revivió cómo con la ayuda de sus vecinos logró sacar unas cuantas pertenencias apenas para correr rumbo a Limón en compañía de sus seis hijos, tras la inundación.

Recordó su pueblo como una zona sin electricidad ni agua potable, donde sus habitantes se conocían.

“Eran pobladores dedicados a la siembra de cacao y banano; ellos miraron con nostalgia lo que el dique no perdonó”, dijo.

Lucy Davison, con mucha alegría, recorrió las calles en compañía de su esposo, Jorge Dunn.

“Nosotros nos conocimos siendo niños: éramos vecinos. A mí siempre me gustó él, pero por las lluvias nos separaron, cada uno hizo su vida por aparte”, explicó.

Según dijo, en el 2003 se volvieron a ver, no lo pensaron dos veces y se casaron. “Hoy vivimos en New York. Este viaje coincidió con nuestras vacaciones, así que vinimos para recordar cuando éramos niños y nos gustábamos”, expresó.

Recuerdos. “Volver es sentir nostalgia al ver a todas estas personas con las que viví en mis años de niñez y adolescencia. No pensé que volvería a encontrarme con mis vecinos, que son como mi familia”, destacó Hortensia Smitt.

Una de las primeras acciones realizadas este domingo fue el recorrido por las calles aledañas al parque, donde existen algunas casas o lotes baldíos, testigos de las sonrisas que brotaron al recordarlas.

Durante este trayecto, se pudo comprobar que la forma de dar las direcciones no se ha perdido.

Fue común escuchar a los estradeños decir: “Yo vivía a dos casas de los Norman (o de los Anderson)”. En aquel tiempo, los apellidos formaban parte del punto de referencia para ubicarse en la comunidad.

Como bien lo señala la tradición de los afrodescendientes, en un día domingo no podía faltar el rice and beans con pollo.

Los alimentos fueron compartidos por todos los presentes, quienes llegaron preparados con hieleras, sillas, patí y pan bon, pero ante todo con mucha emoción en una tarde para tertulias.