Ciudad de Panamá. La economía de Panamá, estancada cuando menos en los últimos años, ha comenzado a resurgir gracias a una inversión extranjera continua y una política fiscal restrictiva.
Algunos analistas dicen que la economía, que se espera que crezca un 4 por ciento este año y por encima del 4,5 por ciento en 1998.
Sin embargo, algunos aseguran que se necesita algo más para garantizar una expansión a largo plazo.
"Panamá tiene dos bienes, la banca y el canal", dijo un analista de mercados emergentes, quien agregó que "no es fácil argumentar que Panamá es un diamante en bruto que empezará a brillar con toda su gloria muy pronto".
El sector bancario, que intenta sacudirse la imagen de máquina de lavar dinero de delincuentes internacionales, contribuye con un 10 por ciento al producto interno bruto, fruto de sus 109 instituciones y $36.000 millones de dólares.
Pero la competencia en la región es fuerte, con el crecimiento de centros financieros dinámicos en varios puntos del Caribe. Los banqueros locales dicen que una nueva ley, preparada para el año próximo, mejorará las cosas.
Por ahora las esperanzas de Panamá dependen del agua y su industria naviera.
El canal, administrado por Estados Unidos, será devuelto a Panamá con sus valiosos terrenos en 2000. Así lo establece el tratado bilateral firmado en 1977.
"El potencial que el canal puede aportar es aún una incógnita, ya que no está claro cuán bien realizarán el traspaso", dijo el analista, que prefirió el anonimato.
Agujero financiero
Con la salida de los estadounidenses, Panamá recogerá terrenos y edificaciones valoradas hasta por $4.000 millones, según la firma Standard & Poor.
Sin embargo, a partir de 1999 no se podrá contar con los $350 millones que los soldados estadounidenses gastan anualmente en el país, un agujero para un producto interno bruto de $8.500 millones.
El gobierno asegura que llenará el faltante con inversiones extranjeras y dijo que consiguió el compromiso de $800 millones en futuros centros comerciales, parques de negocios, hoteles y puertos.
"Las áreas de crecimiento parece que son antiguas instalaciones estadounidenses reconvertidas en instalaciones comerciales y las privatizaciones y concesiones, como los puertos", dijo un analista.
El ministro de Economía y Planificación, Guillermo Chapman, está de acuerdo.
"Nosotros hemos creado una economía de mercado, esto tiene que tener un contenido y ese contenido tiene mucho que ver con la reversión de las áreas del canal y la transferencia a Panamá del canal, manifestó.
Mejorar el canal
Aunque las oportunidades de inversión florecen en la industria naviera relacionada con el canal, los tratos cerrados han sido pocos y muy espaciados, dicen los analistas.
En la primera mitad de 1997, Panamá recibió $30 millones por exportaciones relacionadas con sus servicios portuarios.
Otra preocupación es la incertidumbre de si los panameños podrán mantener el canal funcionando en condiciones óptimas y alejado de cualquier disputa política.
La reciente decisión del presidente Ernesto Pérez Balladares de nombrar a familiares como miembros de la junta que administrará el canal tras 1999 preocupa a los expertos. Además, el actual tráfico intenso por la vía marítima sugiere la necesidad de aumentar su capacidad e instalaciones. Se calcula como necesaria una inversión de $7.000 a $10.000 millones.
El ministro Chapman desestima los malos augurios y señala que "en tres años hemos pasado de una economía altamente protegida y con un alto grado de intervención estatal a una donde las reglas y las instituciones básicas del mercado son respetadas".