Página Negra:  Los monstruos de Eddie

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Si la niñez es el paraíso de los adultos, la de Butch Patrick fue más bien un purgatorio. La compartió con un caballo parlante, la guapa genio de una botella, una bruja rebelde y una familia de monstruos inadaptados. ¡Eran los 60!

Para soportar ese tren de vida que empezó a los once años, como Eddie en la serie televisiva La familia Munster, Patrick se montó en el carrusel de la adicción a la cocaína, marihuana, las drogas psicodélicas y el alcohol.

Durante 40 años abusó de las sustancias tóxicas hasta que llegó al borde del barranco; a fines del año anterior tuvo que ingresar a un centro de rehabilitación, en Nueva Jersey. “Tenía un hombrecillo adentro que me decía: ya tendrás tiempo para cambiar de vida” declaró Butch a la revista People.

Entre 1964 y 1966, Butch interpretó al pequeño lobito hijo de Lily –la vampiresa ama de casa– y Herman –el frankenstein empleado de una funeraria– quienes vivían en una vieja casona, con un abuelo loco y Marilyn la bella y anormal sobrina. Eran una familia disfuncional: Los Munster.

El éxito de la serie se basó en el carisma de sus personajes y un humor familiar, a veces un poco negro. La fotografía en blanco y negro; el acertado diseño del vestuario, el maquillaje y la dirección artística lograron una parodia cariñosa de los grandes clásicos de terror.

Patrick Lilley es el verdadero nombre de Eddie; nació en 1953. Un día su abuela lo llevó a Los Angeles, a los estudios de CBS para una audición y ganó, en una hora, el papel de aquel niñito raro con orejas puntiagudas, colmillos afilados, una carita picarona, que dormía con un hombre lobo de peluche y tenía, como mascota, un dragón: Spock.

La niñas de la época morían por Eddie y una de ellas, Donna McCall, comenzó a enviarle cartitas de amor. En una le preguntó cuánto medía (¡de estatura, claro!); por aquellos años las jovencitas acostumbraban formar cadenas del mismo tamaño que el de sus novios, con el papel de los chicles,

El mundo giró y McCall se enrolló con otros asuntos. Fue porrista del equipo de fútbol americano Aguilas de Filadelfia; trabajó 20 años como farmaceútica; se casó y se divorció. Mientras mataba el tiempo encontró en Internet un artículo sobre un sujeto que ostentaba la marca mundial de haber hecho 19.3 km de envoltorios de goma de mascar.

Y como un viejo amor, ni se olvida ni se deja, 45 años después, McCall, buscó la dirección electrónica de Patrick; volvió al ataque, se reencontraron y a punto estuvieron de casarse, de no ser porque ella descubrió la clase de monstruo en que se había convertido su amado Eddie.

Angel sin paraíso

En el 2008 Patrick Alan Lilley hizo mea culpa de su existencia y publicó Eddie Munster AKA Butch Patrick, en la cual repasa su fulgurante paso por la televisión desde que apareció en un breve episodio de Los detectives, con apenas ocho años.

La autora, Hellen Darras, narra los primeros 25 años de la carrera del actor y tardó tres años en escribir el libro. Como ella es enfermera especialista en trasplantes de órganos Patrick consideró que era ideal para cuidar todos los detalles y verificar su autenticidad.

Una de esas revelaciones, que ni el mismo Eddie conocía, fue la existencia de un hijo. Aunque nunca se había casado tenía dudas sobre la paternidad y una prueba de ADN demostró que era el padre del muchacho.

El libro expone la explotación de los niños actores en Hollywood, desprotegidos por la ley. Patrick solo tenía 20 minutos para leer el guión y 20 más para recibir lecciones escolares, así sucesivamente hasta que terminaba el día.

Como estrella infantil alcanzó su esplendor en las series Valle de pasiones, Mi marciano favorito, Bonanza, Mi bella genio, Daniel Boone y La ley del revólver.

Pronto Eddie llegó a ganar $600 por cada episodio de La familia Munster y descubrió que todo el campo no era orégano y había un pequeño monstruo a la vuelta de la esquina.

El tiempo pasó y Eddie acabó trabajando en películas de clase B y C; amplió horizontes y llegó a tener su propia banda de rock, con la ayuda del productor y exbajista de Curve Air, Phil Kohn. Eddie y los Monstruos era el nombre del grupo y lanzó un disco sencillo llamado Lo que sea que le pasó a Eddie.

Antes de internarse para la desintoxicación tenía un papel de pistolero en la película Supernatural. También, fue co-anfitrión del Teatro Macabro, que presentaba películas clásicas de horror.

En 1989 declaró a la revista People “Toda mi vida quise pegar home runs; pero ahora me conformo con unos cuantos hits.”

Butch Patrick, ahora de 57 años, reconoce que probó las drogas por primera vez a los 16 años. “Nunca consumí heroína, jamás me pinché mi brazo; pero si aspiré cocaína y otras psicodélicas. A veces conseguía la droga gratis.”

Solo quien fabrica sus propios monstruos puede destruirlos y al fin Butch Patrick tomó las riendas de su vida y enfrentó a sus demonios. 1