Padres pagan asesorías para organizar baile de graduación

Cuota por graduando o por invitado cuesta desde ¢25.000

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Se acerca la temporada de bailes de graduación, el culmen de meses de trabajo. En la mayoría de colegios su planeamiento comenzó desde marzo; otros llevan más de un año organizándolo.

Tradicionalmente, lo común es que los padres de familia, agrupados en comités, se encarguen de la producción completa de este esperado evento.

Sin embargo, cada vez es más popular que un asesor apoye el proceso o asuma gran parte de la responsabilidad.

Silvia Flores, asesora de Silber Eventos, explica que la mayoría de padres de familia trabajan y tienen tiempo limitado para dedicarse a la organización. Por eso, conviene que busquen apoyo.

Las empresas organizan todo o parte del evento: alquiler del local, cena, decoración, música, teatro callejero, maestro de ceremonias, invitaciones, recuerdos y hasta fuegos artificiales.

Se fija una tarifa por graduando, determinada principalmente por la cantidad de invitados, comenta Luis Fernando Monge, propietario de Decore Eventos. ¿Cómo se cobra el asesoramiento? Puede ser una tarifa fija, o bien un porcentaje del costo de la fiesta.

Otro componente determinante es si la actividad se realiza en un hotel o en una sala de eventos.

El precio es más alto en los hoteles y, además, cobran en dólares

La mayoría de los comités de padres optan por contratar por su cuenta el lugar y la comida. Y el resto del evento, lo dejan al asesor.

La tarifa mínima por persona por contratar un salón es de ¢25.000 y en un hotel, de ¢50.000.

Más que un baile. Los bailes de graduación se han convertido en verdaderos espectáculos, indican los expertos. La idea es promover fiestas sin consumo de licor, manteniendo a los jóvenes al 100% en la pista, indica Luis Monge.

Para personalizar el evento, los asesores ofrecen diseños exclusivos de logos y temas para decoración, recuerdos e invitaciones.

Otras novedades son las ambientaciones con luces y telas, malabaristas, telistas, zanqueros y cimarronas.

Vestidos cortos y largos. Otro desembolso fuerte para la ocasión es la indumentaria. Para este momento del año, las boutiques y tiendas ya tienen colecciones disponibles en vestidos de noche.

En Mousel, por ejemplo, hay vestidos cortos desde ¢45.000 y largos desde ¢135.000. Marielos Arroyo, socia de la tienda, comenta que, por tradición, las jóvenes van con sus padres a escoger y tallarse el vestido.

Boutique Valesky ofrece vestidos largos desde ¢100.000 y cortos desde ¢50.000. Según Priscilla Qualls, en promedio sus clientas invierten unos ¢220.000 en el vestido. En Amanda Moda hay vestidos desde ¢69.500 hasta ¢320.325.

En general, los precios de los vestidos dependen de la marca y la complejidad de su confección: si tienen bordados, vuelos y si el diseño es exclusivo.

En cuanto a los accesorios, es mejor escogerlos con el vestido puesto, pero no siempre se usan. Lo más frecuente son los aretes; su precio va desde los ¢4.000. La pulsera es opcional y es poco común usar collares o gargantillas.

Trajes. Par escoger el atuendo, los muchachos deben pensar en el tipo de tela y los acabados. Esto determina el precio.

De acuerdo con Andrés Guzmán, gerente de mercadeo de Saúl Méndez, en esas tiendas el precio de un traje completo (saco y pantalón) va de ¢160.000 en adelante. Este precio incluye los ajustes. Las camisas cuestan desde ¢30.000. Los zapatos pueden costar ¢65.000 o más.

Maribel Mena, de Mainieri Arone, indica que el precio mínimo de un traje a la medida es de ¢137.500. Una camisa cuesta de ¢18.600 en adelante. Una corbata en algodón y poliéster vale desde ¢5.960, y en seda, desde ¢10.000.