Ojo abierto: Cuatro no son multitud

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RENOVARSE. En Buen Día , de canal 7, a veces hay más gente que micrófonos en escena. El programa cobró dinamismo porque se sumaron Wálter Campos y Sasha Campbell como talentos habituales en cámara, además de Édgar y Adriana.

Ahora, los cuatro figuran en interacción constante y eso es muy bueno, porque aportan nuevos puntos de vista sobre los temas y nutren al público de otras fuentes comunicativas para entretener.Lo bueno del asunto es que el eventual caos del cuadro de multitudes termina siendo un coloquio bien organizado y agradable. Esto es así, a tal punto que varios de ellos estuvieron fuera de pantalla esta semana y ya se sintió un ritmo diferente, lo cual demuestra el buen tino de la propuesta. La idea funciona porque donde hay movimiento, hay vida; donde hay interacción, hay más diversión, y donde hay grupo, hay mayor comprensión del tema. Incluso, en algunos segmentos, el cuarteto en pleno interactúa con invitados; es decir, el micrófono corre de mano en mano para capturar la voz de todos. Parece embrollado, pero no: la dificultad técnica es un asunto asumido con mucha naturalidad y, al fin de cuentas, la decisión de unir resulta agradable. Esta idea es un punto de quiebre importante. Es muy difícil renovarse con los mismos recursos y, por eso, es eficaz darles nuevas funciones a viejos talentos. El programa lo pedía a gritos. Édgar Silva y Adriana Durán tuvieron su mejor momento, pero los otros animadores han sumado motivación, dando frescura y animosidad. Solo el hecho de reír en grupo es algo agradable. El programa tiene más alegría y parece más relajado y optimista.Es más, el grupo va descubriendo que informar no es comunicar y están más abiertos a la conversación. Informar es ofrecer datos e ideas, pero las noticias casi no se interiorizan, no traspasan la frontera de la memoria para llevarnos a un cambio de conducta. El grupo, en cambio, mezcla el tema con las emociones y los valores: todo esto apoya nuevas actitudes.A esa interacción servida en pantalla, se suma la lectura de anotaciones desde las redes sociales. ¡Todo está articulado! Aunque, debo decirlo, leer mensajes de Facebook ni es televisión ni es tele interactiva, pero al menos es un buen principio para comenzar a romper la frontera entre la casa del público y la casa del programa.Ahora bien, queda otra tarea pendiente: la dinámica de escena en vivo debe romper lo estático de los videos grabados. El programa ganaría si dejara fluir esa fuerza también en las cápsulas informativas. Sucede apenas un poquito con las transmisiones en vivo. Sin embargo, los videos siguen siendo muy periodísticos, tanto es así que suelen aparecer con cierta frecuencia en las ediciones regulares de Telenoticias.Significa que esos videos todavía no tienen un carácter tan único como para desprenderse de su entorno natural sin perder esencia y, entonces, pueden aparecer entremetidos en las noticias del día, sin que pierdan ni sentido ni parezca forzado. Nota aparte merece la señora Campbell. No porque sea una de las estrellas locales de la música popular y porque sea una estrella de la radio es que hace un trabajo en actitud relajada. No. Todo lo contrario. Sus notas para la tele son altamente informativas, son cuidadosamente documentadas y estructuradas de manera muy esquemática, pero eficaz. Además, ella las locuta con voz formal, en el mejor de los estilos de los locutores periodísticos clásicos. Y su presentación en vivo es, sencillamente, estupenda. Cuando ella conduce el segmento todo se llena de seguridad, de buen ánimo y de elegancia. Como imaginamos desde un principio, el aporte de ella y el de Wálter ha sido un rotundo éxito.