Ofensiva de atentados deja cuatro muertos y más de 30 heridos en Colombia

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Bogotá. La guerrilla de las FARC desató el lunes una nueva escalada de atentados en varias regiones de Colombia que provocó al menos cuatro muertos y más de treinta heridos y que, según el Gobierno, demuestra "cobardía y debilidad" de los rebeldes.

Varios frentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) activaron explosivos en el departamento petrolero de Arauca (nordeste, frontera con Venezuela), en la ciudad caribeña de Barranquilla (capital del Atlántico) y en la zona rural de Sucre, estas dos últimas regiones en la costa caribeña del norte.

Los ataques se sumaron a los perpetrados el miércoles y jueves pasados en el centro de Bogotá, en los que murieron tres policías y otras 37 personas sufrieron heridas.

La ministra de Defensa, Marta Lucía Ramírez, atribuyó la ofensiva de atentados a represalias por las operaciones lanzadas por las Fuerzas Militares contra las milicias de las guerrillas en los barrios marginales de las principales ciudades del país, entre ellas Bogotá, Medellín y Cali.

Mientras tanto, el vicepresidente de la República, Francisco Santos, dijo que los atentados "demuestran cobardía y debilidad" por parte de las guerrillas y pidió a los colombianos que confíen en las Fuerzas Militares.

El lunes, una columna de las FARC activó un coche-bomba en Arauca, capital de la región petrolera del mismo nombre (a 450 kilómetros al nordeste de Bogotá), poco antes de que llegara esa ciudad el presidente Alvaro Uribe, quien encabezó una reunión con los mandos castrenses, bajo fuertes medidas de seguridad.

Un coche-bomba estacionado cerca de un colegio de Arauca explotó provocando la muerte de dos policías y heridas a otras ocho personas.

Mientras tanto, en Barranquilla 25 personas resultaron heridas al estallar otro artefacto cerca de una oficina ganadera y una planta lechera.

El gobernador del Atlántico, Ventura Díaz, ofreció una recompensa de 50 millones de pesos (18.000 dólares) por información que permita detener a los responsables del atentado.

Horas más tarde, otra columna de las FARC destruyó con una bomba la central de comunicaciones de Los Palmitos (Sucre, 800 kilómetros al noroeste de Bogotá), que tardará dos meses en ser rehabilitada.

Tanto Arauca como Sucre pertenecen a las zonas bajo mando militar, creadas en septiembre pasado por el Gobierno al amparo del estado de conmoción interior decretado el 11 de agosto, cuatro días después de la toma de posesión de Uribe.

Por último en Chalán (Sucre), el frente 35 de las FARC detonó otra bomba que mató a dos soldados que patrullaban el casco urbano de la población.

Las FARC celebraron negociaciones de paz durante más de tres años con el Gobierno del anterior presidente, Andrés Pastrana, quien las canceló el pasado 20 de febrero tras otra ofensiva del movimiento insurgente.

El nuevo mandatario expresó su interés en reanudar las negociaciones, con la mediación de Naciones Unidas (ONU), pero hasta ahora las FARC no han aceptado la iniciativa.

La ministra de Defensa anunció "acciones más drásticas" y aseguró que "no nos podemos dejar arrodillar".

Los atentados también fueron repudiados por la oficina en Colombia de la Alta Comisaría de la ONU para los Derechos Humanos, que manifestó que "han irrespetado el derecho a la vida de civiles indefensos y de miembros de la Fuerza Pública".

El Consejo Gremial, que reúne a las principales organizaciones empresariales del país, manifestó que "estas escaladas de violencia pretenden la ruina y la desestabilización de Colombia y recrudecen los odios".

Edición periodística: Gerardo González y Juan Fernando Lara . Fuente: agencias.