Faltan $4 millones y ocho puentes. Ese podría ser el lastre que atrase la conclusión de la trocha fronteriza de 160 kilómetros.
Carlos Acosta, director del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), reconoció que apenas están buscando el financiamiento para comprar ocho estructuras metálicas modulares (tipo bailey ).
Se trata de tres puentes mayores para las desembocaduras de los ríos Sarapiquí (90 metros) y San Carlos (90 metros), y el paso sobre el humedal de Medio Queso (60 metros de longitud).
Además, faltan cinco pasos elevados para ríos menos caudalosos como Infiernillo, Pocosol, Tiricias, Isla Chica y Cureña.
Acosta dijo que ya está en conversaciones con el segundo vicepresidente, Luis Liberman, para buscar los recursos. El dinero para los puentes no estaba contemplado en los desembolsos del decreto ejecutivo de emergencia que permitió la construcción de la trocha.
La idea es que los puentes bailey tengan capacidad para soportar hasta 30 toneladas; así, el Gobierno se garantizaría el paso de furgones y carga pesada por el camino.
Además de los puentes, este requiere toneladas de lastre, que se extrae de tajos locales y al menos 200 pasos de alcantarilla.
Según Acosta, el diámetro de las alcantarillas se calcula de acuerdo con el caudal de las quebradas o los caños respectivos.
“En algunos casos estamos colocando tubería de concreto y en otras de PVC, porque soporta bien. Esperaríamos que en tres meses estemos muy avanzados con las alcantarillas”, expresó.
La previsión del Gobierno es completar en tres meses todo el lastrado, pero no hay fecha para comprar y colocar los puentes.
Mientras tanto, el Consejo Nacional de Vialidad trabajó en la rehabilitación de 330 kilómetros de caminos de acceso que son de lastre, pero que estaban en mal estado hasta setiembre del año pasado.
Esos caminos servirán de enlace entre los diferentes tramos de la trocha, mientras se instalan los pasos elevados.
Tales vías se adentran en comunidades como La Aldea y Las Marías, Sarapiquí; Boca Tapada y la Legua de Pital, San Carlos; El Parque y Punta Cortés, Los Chiles. Colaboró Carlos Hernández.