Ocho mariposas más se unen a la lista de especies de Costa Rica

Se trata de insectos de diversidad de colores y tamaños

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Ocho especies de mariposas fueron detectadas por primera vez en la selva tropical de Sarapiquí, en una reserva biológica privada llamada Tirimbina.

Uno de estos insectos nunca había sido visto en el mundo, por lo que es “un descubrimiento para la ciencia”, confirmó ayer a La Nación el biólogo Bernal Rodríguez Herrera, director académico de Tirimbina.

Las otras siete especies de mariposas son nuevos registros de estos insectos para el país.

Diurna y ‘ama’ las flores. La especie descubierta para el mundo pertenece al género Cunizza. Según explicó Rodríguez, se trata de una mariposa diurna que es “amante” de las flores.

La especie destaca a simple vista por una coloración primordialmente amarilla. Además, tiene algunas formas negras sobre sus alas y manchas oscuras en su parte ventral.

Son animales pequeños, y el tamaño entre machos y hembras es muy similar. En los especímenes machos, el largo del ala anterior (la más grande) es de entre 32,53 y 33,33 milímetros, mientras que, en las hembras, es de entre 34,22 a 35,39 milímetros.

Los ejemplares que ayudaron con el hallazgo fueron encontrados en plantas y árboles de una especie de guaba (del género Inga) y el conocido sotacaballo (Luehea divaricata). Ambos se elevan a unos 15 metros de altura. “Son mariposas que no están a la altura de la vista: son difíciles de ver”, dijo Rodríguez, quien reconoció que aún se analizan datos sobre la ecología del insecto.

Nuevas para el país. Entre las especies que se registraron por primera vez en Sarapiquí está la Celmia celmus, que es común en México, sur de Brasil, Paraguay y Argentina. Esta destaca por una coloración plateada.

También se detectó la Iaspis andersoni Robbins, especie que se ha visto en México, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Ecuador y Brasil, así como la Chalybs chloris, también conocida en Brasil.

Además, los ticos detectaron la especie Janthecla sista. Esta se considera oriunda de Colombia, Perú, Guyanas y Brasil.

Mithras orobia –que se ha registrado en Honduras y el Amazonas– y Thepytus echelta, que se distribuye de México a Amazonas, también se integran desde ahora al inventario tico.

Completa la lista la especie Pirascca phoenicura, que ha sido descrita en Nicaragua.

¿Cómo lo saben? Estos hallazgos no fueron fortuitos. Son el resultado de tres proyectos desarrollados en la reserva biológica Tirimbina durante los últimos diez años.

El primero, realizado por Phil DeVries y el entomólogo Isidro Chacón, busca mariposas que viven en lo más alto y bajo del bosque (dosel y sotobosque), especialmente aquellas que visitan las flores y frutas (como trampas hechas con banano en fermentación).

El segundo proyecto, también con la participación de Chacón, se inició en el 2008 y busca analizar las mariposas nocturnas de este sitio.

El tercer proyecto comenzó en julio del 2010 con el objetivo de conocer huevos, larvas, pupas y plantas hospederas. En cada parte del proceso los científicos toman fotos y documentan qué especie es y su comportamiento. “El análisis de larvas permite ver más mariposas raras que hacerlo in situ”, comentó Rodríguez.

“Los hallazgos de especies son buenas noticias porque aumentamos el inventario de Sarapiquí y del país. Pero quizá lo más importante es poder mostrar que es erróneo pensar que Costa Rica tiene una biodiversidad ya prácticamente estudiada. Esta mentalidad ha contraído los fondos para investigar aquí”, agregó.