Nobel de Física 2010 ‘nació’ en la punta de un lápiz

Científicos rusos logran galardón por aislar el grafeno, que procede del grafito

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Tan simple como novedoso. La Real Academia de las Ciencias de Suecia concedió ayer el Premio Nobel de Física 2010 a la curiosidad que llevó a un par de científicos rusos, Andrei Geim y Konstantin Novoselov, a aislar y mirar con otros ojos el mismo grafito que usted utiliza todos los días en un lápiz para escribir.

Geim y Novoselov descubrieron el material más resistente del mundo, el grafeno, al intentar “limpiar” de impurezas un trozo de grafito con una cinta adhesiva, de la misma forma que se usa un adhesivo para quitarle la pelusa a la ropa.

El grafeno resultó ser un material de tan solo un átomo de grosor que tiene una estructura bidimensional constituida por enlaces de carbono entrelazados, como si fueran un panal de abeja.

Esa estructura es precisamente la que le da flexibilidad, ligereza, gran resistencia (200 veces más que el acero), así como alta conductividad térmica y eléctrica, convirtiéndolo en un material que promete revolucionar la electrónica y telecomunicaciones.

“Como es prácticamente transparente y buen conductor, el grafeno es compatible para producir pantallas táctiles, paneles luminosos y quizás también captores solares”, dijo el comité del Nobel en un comunicado de prensa oficial.

“Este es un magnífico ejemplo de un descubrimiento basado en curiosidad científica, con importantes beneficios para la sociedad”, declaró Nancy Rothwell, rectora y jefa de los dos rusos en la Universidad de Manchester, Inglaterra.

El descubrimiento. El carbono es un elemento notable porque se encuentra en la naturaleza de varias formas: desde las sustancias más blandas (el grafito) hasta las más duras (el diamante).

Geim y Novoselov encontraron que en un milímetro de grafito existen unos tres millones de capas de grafeno, acomodadas unas encima de las otras.

Con ayuda de una cinta adhesiva, fueron desprendiendo esas capas hasta obtener las más delgadas y a estas añadieron óxido de silicio.

Así, bajo el microscopio, el grafeno pudo ser visto y aislado.

“Como conductor de electricidad, es tan bueno como el cobre y, como conductor de calor, supera a todos los demás materiales. Es casi transparente, pero tan denso que ni siquiera el helio, el átomo más pequeño de gas, puede pasar a través”, destacó el jurado del Premio.

Los expertos publicaron sus hallazgos en el 2004 en la revista Science. Allí empezó la ruta al Nobel.