Nery Brenes

‘Londres: un no-éxito del que aprendí mucho’

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Ese sábado, miles de ticos programaron su despertador unas cuantas horas antes de lo habitual. La razón de la madrugada colectiva del 4 de agosto era que Nery Brenes competía en las Olimpiadas de Londres a las 10:35 a. m. (3:35 a. m, hora tica).

El velocista sabía que no estaba al 100% debido a una caída que había sufrido días atrás, durante sus últimos entrenamientos previos a estas justas, pero estaba asido a la fe en sí mismo y al aliento masivo que le llegaba desde el otro lado del Atlántico.

“Mi calentamiento no fue normal, no fue cómo lo esperaba. Y es que por más pastillas o inyecciones para minimizar el dolor, no había podido entrenar desde hacía varios días y eso cuenta mucho antes de una gran competencia”.

Brenes se vislumbraba como el deportista de la delegación nacional con más posibilidad de llegar al podio. Su título de campeón mundial, obtenido en marzo, lo perfilaba como un gran oponente.

“Casi me robo la salida porque estaba totalmente desconcentrado, pero para mí esa fue una prueba superada. La verdad, no iba a saber dónde estaba si no competía. Lastimosamente esta no fue una buena experiencia y me dolió mucho porque el pueblo tenía ilusión de que pasara algo grande”, continuó.

–¿Compitió sabiéndose derrotado?

–Jamás. No soy autocompasivo, di lo mejor de mí, pero esas son cosas que pasan en la carrera de todo deportista.

–¿Fue esa actuación en los Olímpicos su lunar este año?

–No. Yo todo lo veo como un aprendizaje.

De gesto afable y verbo sencillo, Nery es de esos a los que “hay que sacarles las palabras con cuchara”. La verdad es que habla poco, pero dice mucho.

Eso sí, en su diccionario vital, no existe la palabra “fracaso” y por eso nunca la mencionó durante esta entrevista que tenía como propósito recoger sus impresiones sobre el año que casi acaba.

Nery solo habla de “éxito”, “enseñanza”, “aprendizaje”... y de “no-éxito” en los casos en que debe repasar las vivencias amargas, como ese revés que sufrió durante su carrera en Londres al quedarse en primera ronda debido a la lesión de su tobillo.

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Cinco meses antes de que el caribeño de 27 años mordiera el polvo en Londres, había conquistado el oro y logró así que, por primera vez en la historia, un costarricense formara parte de la lista de ganadores en un Mundial de atletismo. Esto fue el 10 de marzo, cuando triunfó en los 400 metros planos bajo techo en las justas realizadas en Turquía.

Al día siguiente de la actuación de Brenes en Londres, este diario publicó como portada una fotografía suya tirado en la pista con la palabra “Desilusión” como titular, lo cual generó gran roncha en redes sociales, pues en criterio de muchos, el enfoque fue muy injusto para con el atleta.

–¿Qué pensó de esa portada?

–Nada, porque los medios han sacado cosas iguales cuando no he tenido buenas experiencias; por eso lo que dicen me tiene sin cuidado.

Lejos de sonar altanero, con esa declaración, Nery solo evidencia la madurez que le ha dejado su experiencia deportiva. “Sé que habrá momentos buenos y momentos malos, pero lo importante es que yo tengo la facilidad de sobrepasar eso y más”.

–¿Fue cruel la prensa deportiva con usted?

–Ellos solo dan su opinión y esa no es la de todo un pueblo.

Aunque el velocista no reconoce, expresamente, que su actuación en Londres fue la noticia que más impactó su historial este año, sí afirma que “el tico no tiene memoria” cuando se le recuerda su gran actuación en Turquía, en clara mención a que muchos lo juzgaron solo por su desempeño olímpico.

“Estuve en Colombia como mes y medio entrenando y logrando los mejores resultados de mi vida, pero la lesión de última hora me impidió hacer el mejor papel en Londres. Sin embargo, fue un año lleno de enseñanzas porque no se puede decir que lo que pasó en Londres fue un fracaso. Yo aprendí mucho”, insiste.

Enseñanza maternal

Esa entereza del deportista también estuvo a prueba este 2012 en la faceta personal y familiar, ya que su madre, Maydela Rosalina Cárdenas, falleció en abril debido a una fibrosis pulmonar .

“Fue muy triste, pero uno debe seguir adelante. Para nadie es un secreto que ella para mí fue la persona más importante y la que me apoyaba siempre y me daba consejos. Fue una gran pérdida, pero sé que ella no hubiera querido que yo me rindiera”.

–¿Cuál fue la principal enseñanza que le dejó?

–Que uno debe ser un gran luchador y una persona humilde, aunque a veces no se pueda ser humilde.

–¿Cuándo no se puede ser humilde?

–Cuando la gente confunde la humildad con que uno deje que lo pisoteen, o que quieran obligarlo a uno a hacer las cosas que otros quieren.

Nery, quien de niño disfrutaba al jugar de carreras con sus compañeros de escuela –a quienes, como era de esperar, solía ganarles siempre–, no se sentía como el tico con más posibilidades de una medalla olímpica, pues en un ejercicio de la humildad que lleva como estandarte, reconoció que todos los de la delegación tenían posibilidades de ganar hasta que no fueran eliminados. “Yo nunca me creí ni más ni menos que ninguno”, afirma

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Esa sencillez del atleta sale a relucir también cuando habla del premio nacional Claudia Poll , al que pudo optar gracias a su medalla de oro en Turquía. Solamente que no le fue entregado a él ni a ninguno de los otros deportistas que pudieron ser beneficiados con ese reconocimiento, ya que el Gobierno, al parecer, soltó la piñata sin tener los confites dentro: no había fondos para el premio.

“Yo fui muy claro y dije que no iba a pelear por eso, si me lo daban estaba bien, ¿quién no quisiera ese montón de dinero? Además había atletas de gran nivel que se lo merecen más, aunque lo justo hubiera sido repartirlo; pero pelearlo nunca”.

Sobre lo que se siente al saberse el centro de atención de todo un país o llevar el peso de la bandera sobre los hombros, Nery asegura que el orgullo que le hincha el pecho (y de paso, las agallas) sobrepasa, por mucho, a la presión.

“No lo veo como una responsabilidad u obligación, yo disfruto de lo que hago, entonces para mí es algo normal salir y representar al país. Más bien me da mucha felicidad”.

Tal como lo mencionó en una conferencia de prensa en agosto pasado, él decidió no competir más durante este año para así tratar su lesión y concentrarse en el 2013.

Fuera de foco

Brenes entrena desde las 5:30 a. m. en el Estadio Ecológico de la UCR y su día no termina sino hasta casi las 10 p. m., cuando se duerme su hijo Jaden, quien tiene año y medio. Él reconoce que disfruta cuidándolo al lado de su pareja, Sasha Sanabria, pero por lo desgastante que es tal tarea, niega rotundamente la posibilidad de tener otro hijo.

Y como él mismo lo reconoce, pese a que se siente querido y apoyado por los costarricenses, es su familia su principal motor.

–¿Cómo es usted fuera del ojo público?

–Muy tranquilo, voy la cine, al parque o a la playa. Casi no me gusta estar en la casa, pero soy una persona totalmente normal.

–¿Le gusta asistir a eventos faranduleros?

–Qué va, para eso están los de Combate .

Al finalizar la entrevista, Nery reconoció que fue hasta cuando compitió en Japón, en el 2007, que se percibió como un atleta profesional, porque luego de esa participación logró patrocinios y hasta apoyo del Estado.

Al final, pregunta a manera de broma, entre risas: “¡Oiga! ¿Y en cuáles de los personajes estoy yo: en los buenos o los malos?”. Y es que esta es la cuarta ocasión en que Brenes ocupa un puesto en este grupo anual de elegidos. La respuesta, por supuesto, la tienen los lectores.