Negocios operan a medias sin Internet

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Yadira Jinesta asegura que su pequeña empresa turística funcionó a medias durante esta semana. No sabe qué pasará la próxima.

Ella se quedó sin recibir solicitudes de clientes por correo, y por eso ahora se pregunta quién la va a indemnizar por todos los negocios que dejó de hacer.

Jinesta es uno de los 10.000 abonados de Internet de alta velocidad del ICE que se quedaron sin servicio por culpa de un hacker que hizo de las suyas el fin de semana pasado.

El mismo perjuicio que Jinesta lo sufrió su esposo, cuya microempresa de estudios geológicos también enfrentó muchos problemas.

Ambos están en las mismas instalaciones en Sabana Norte, San José, a unos cientos de metros de la sede central del ICE.

“No nos llegan cotizaciones, tenemos que estar respondiendo por teléfono o hasta ir a dejarlas”, se quejó Rándall Valle, asistente de la firma.

Tras percatarse de las fallas, el lunes intentaron hacer el reporte de la avería a través de la línea 1119, pero no pudieron siquiera ingresar.

Posiblemente, porque el sistema estaba saturado por llamadas de clientes molestos.

El martes, finalmente, hicieron su reporte. Al día siguiente acudieron personalmente al Instituto, pero les solicitaron paciencia.

“Uno llama y ellos se disculpan y dicen que hay un problema masivo, que van a mandar a un técnico. Dicen que hay que reconfigurar el módem, pero no dan respuesta y ya han pasado muchos días”, declaró Valle.

Según Jinesta, hizo un último intento en la línea de averías e intentó comunicarse con un supervisor de ese servicio.

No obstante, después de 15 minutos de espera y sin seguridad de que le comunicaran al funcionario, desistió.