Necesaria desde hace mucho rato

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Entre las muchas necesidades urgentes, pero muy a menudo dilatadas en las prioridades del Estado, está la construcción de una vía terrestre, transitable todo el año, para las comunidades de la zona norte, sitas a lo largo de la frontera con Nicaragua.

Bueno, pero mejor tarde que nunca: la carretera está en construcción y permitirá enlazar a la ciudad de Los Chiles con Delta Costa Rica, frente a isla Calero.

La obra, de 120 kilómetros de longitud y un costo de ¢7.000 millones, es parte de las medidas que anunció el Gobierno luego de que Nicaragua decidió, de un día para otro, modificar sus mapas e incluir como suya una porción de aquel territorio.

Sin embargo, nunca debió dársele luz verde a la ruta como respuesta a la invasión.

Esa carretera tenía que ser una prioridad nacional desde hace mucho tiempo, sobre todo para no estar expuestos al humor de los nicaraguenses en cuanto a la navegación por el río San Juan.

La urgencia cobró relieve después del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que impidió a los policías costarricenses desplazarse, armados, por ese cauce (ya desde 1998 no podían hacerlo).

Entonces, la carretera paralela al río permitirá solventar esa dificultad y evitará a los connacionales la dependencia exclusiva de la vía acuática (recuérdese que las autoridades del país vecino han impedido el tránsito de educadores, personal sanitario y estudiantes cuando así les ha dado la gana).

Es posible, como lo señalan algunos vecinos, que ese camino puede facilitar el movimiento de narcotraficantes y otros delincuentes. Mas, por esta posibilidad, no es justo condenar a la población honesta y trabajadora –que es la mayoría– a las penurias que han experimentado hasta ahora.

(Habría que renunciar a todo progreso, pues se sabe que el hampa y el terrorismo también lo aprovechan).

La zona norte ha sido históricamente una de las regiones más olvidadas por el Estado, y ya es hora de que este mire hacia allá y se preocupe por satisfacer necesidades básicas como vías, puentes, puestos de salud, acueductos, planteles educativos...

La apertura de la carretera responde a esa urgencia, mas no debió esperarse al zarpazo de Ortega para poner manos a la obra. Si así fue, pues ni modo; lo mejor: es casi una realidad.