Narcotráfico: problema que refleja el cine y la literatura

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Tanto Luis Alberto Restrepo como Diego Mejía coincidieron en que, con las narconovelas, Colombia no está descubriendo el agua tibia.

El narcotráfico y el narcoterrorismo han sido explotados en producciones estadounidenses, que datan del siglo pasado, y en la literatura latinoamericana.

Ejemplo de ello es Al Capone , cinta que en 1975 relató la vida que llevaba uno de los más peligrosos capos de Estados Unidos.

En Colombia, el narcotráfico no es nada nuevo. Según Mejía, quien ha investigado a fondo este problema en su país, el problema data de más de 50 años atrás.

“Desde los 60 se comenzaron a generar las primeras plantaciones de marihuana a niveles muy pequeños. El sueño americano se nos trastocó y se nos volvió el sueño narco. Una necesidad, un modo de vida; hay muchas zonas de nuestro país donde están interesados en hacer dinero fácil”, comentó el director.

Al volverse el narco pan de todos los días, comenzaron los primeros experimentos en la televisión.

Mejía recuerda que, a principios de los 90, esa problemática social se abordaba muy por encima en las telenovelas, camuflando entre los personajes a uno que otro narco.

“Se comenzó a dar el fenómeno espejo: a la gente le gustaba lo que veía, y lo quería. Nosotros comenzamos a pensar que teníamos que explotar el tema porque era un temática que funcionaba”, recordó.

Abordar de lleno este problemática fue algo que se dio hasta comienzos del 2004, con telenovelas como La Saga. Esta producción relataba la vida de una familia que se infiltraba en el mundo del dinero fácil y el comercio de drogas ilegales.

Literatura. Pero si de echar la cinta más hacia atrás se trata, tocar el tema del narco fue un ejercicio diario, que comenzó a practicarse en la prensa colombiana.

Posteriormente, periodistas colombianos como Germán Castro Caycedo se interesaron en publicar libros sobre este tema, basados en sustentadas investigaciones.

Escritores colombianos como Jorge Franco lograron éxito con novelas como Rosario Tijeras (1999), que relata la vida de una bella mujer que se adentra en el mundo del sicariato de Medellín.

Incluso, el Nobel de la Literatura, el escritor colombiano Gabriel García Márquez, también abordó el narcoterrorismo en su libro Noticia de un secuestro.