Música de la nada

En los últimos días de agosto, se celebrará en Finlandia el Campeonato Mundial de Guitarra Imaginaria. Así como lo lee: miles de personas se reúnen en torno a artistas que ofrecen elaborados espectáculos musicales con la imaginación como único instrumento.

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Desde el público rugen más de 7.000 gargantas cuando el presentador invita al escenario al francés Sylvan Gunther Love Quimene, para darle el título de bicampeón de uno de los concursos más excéntricos del orbe.

Armado únicamente con sus anteojos de aro grueso y sus apretados pantalones dorados, el parisino encendió la noche de la versión 2010 del Campeonato Mundial de Guitarra Imaginaria.

Gunther Love, como lo conocen en el universo de los instrumentos invisibles, es una de las miles de personas que compiten en el planeta para coronarse campeón mundial de Air Guitar.

Competir es fácil: durante un minuto completo, cada participante tiene el escenario a su disposición para interpretar, como mejor pueda, la canción que sonará de fondo. Eso sí, debe hacerlo sin ningún instrumento en las manos, solo con la certeza de que una guitarra imaginaria puede cambiar el mundo.

Desde 1996 se celebra en Finlandia este singular campeonato mundial, en el marco del Festival de Música y Video de Oulu. Para la edición del este año, 19 naciones enviarán a sus representantes. “Yo también toco instrumentos físicos, pero me desempeño mucho mejor con la guitarra imaginaria”, explica el recién nombrado campeón de Estados Unidos, Justin Nordic Thunder Howard, quien ganó el título de su país el pasado 23 de julio.

Durante la primera ronda, los participantes presentan la rutina que prepararon y, después, el jurado elige una canción para que improvisen durante un minuto; así se aseguran que llevan el talento en la sangre.

La puntuación se divide en tres rubros: primero, el mérito técnico que tenga la similitud de sus movimientos con la música, y segundo, la fuerza de su acto sobre el escenario

El rubro más complicado de determinar es el llamado airness (o interpretación libre) definido como el punto en que la presentación deja de ser una imitación de una guitarra real y se vuelve arte en sí mismo.

“En el escenario, el airness se consigue cuando los planetas se alinean y todo sale perfecto en tu presentación. Cuando logras cada nota y el público termina pidiendo más al cabo de los 60 segundos”, explica el campeón estadounidense.

Ese es el punto de partida para todas las locuras que se ven en las competiciones: chaquetas de cuero de todos colores, enterizos, peinados extravagantes, coloridos accesorios y cuanta cosa pueda mejorar el espectáculo.

Lo cierto es que los participantes entrenan como si fueran verdaderas estrellas y se sienten parte de un espectáculo único.

Desde su fundación, el propósito de este movimiento ha sido conseguir la paz mundial. Quienes lo practican sostienen que la guerra, el cambio climático y el mal en el mundo se detendrían si todos tocaran la guitarra imaginaria.

“Los guitarristas que he encontrado en este torneo son las personas más genuinas, amables y llenas de amor”, dice el estadounidense, quien empezó a competir en el 2006.

Del 24 al 28 de agosto próximos, Thunder y sus colegas estremecerán Oulu con sus saltos y gritos, dándolo todo en el escenario, pues, como dice el nortemericano, “el dolor es pasajero, pero la guitarra imaginaria es para siempre”.