Multiplicados por 5

La naturaleza quiso regalar a Mauricio Rojas y Elizabeth Camacho cinco hijos en su primer intento de tener familia. La noticia causó sensación hace once meses, pero hoy, pasada la emoción, la familia vive el día a día con sus necesidades multiplicadas por cinco.

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En la familia Rojas Camacho todo, absolutamente todo está multiplicado por cinco desde hace casi un año, cuando nacieron las tres Marías (Belén, Jimena y Celeste), y sus hermanos Luis Mauricio y Gabriel Francisco.

Chupones... por cinco. Pañales... por cinco. Leche... por cinco. Frutas y verduras... por cinco. Ropa y zapatos... por cinco.

Elizabeth Camacho y su esposo, Mauricio Rojas, ambos de 22 años, fueron sorprendidos por la naturaleza cuando los médicos les informaron que su primogénito no sería uno, sino cinco pequeños y hermosos niños, que hoy deambulan por todos los rincones de la casa, en Puente Salas de Barva, en Heredia.

Aquí la mano humana solo intervino para lo necesario: traer al mundo a los pequeños, que hoy tienen la casa vuelta de cabeza.

La euforia que desató entre la comunidad herediana y más allá la llegada de los cinco retoños de Barva, ha venido disminuyendo en intensidad conforme los niños y sus necesidades crecen.

Casi 50 pañales diarios, un tarro y medio de leche de fórmula cada dos días (¢14.000 cada tarro), ¢15.000 cada tres días en frutas y verduras, pies que crecen, zapatos tallados, ropa que aprieta.

Ni qué decir de otros detalles como toallitas húmedas, cremas, jabón o colonia. ¡Hasta el gasto en electricidad subió! Antes del nacimiento, pagaban ¢18.000 mensuales. Hoy, el recibo les llega por casi ¢50.000.

Es toda una proeza llevarlos a una cita porque no tienen cómo transportarlos. “Los taxis no nos quieren llevar. Cuando salimos, sale todo un regimiento: un adulto por niño, más un asistente jalando el bolso con chupones y pañales”, dijo Mauricio que se dedica a transportar muebles. Su ingreso económico depende del número de fletes y de las distancias que recorra al día. Cuando hay encargos, la familia la va pasando, pero ¿y si no los hay?

Están pendientes

Todavía queda gente de Puriscal, Desamparados, Pavas y Alajuelita que recuerdan a los quintillizos de Barva. Estas ayudas que de repente llegan, los han salvado en más de una ocasión.

Por eso, hasta ahora, no han tenido que pasar necesidades mayores. Además, la familia cercana coopera en lo que puede.

El 1.° de julio próximo, los quintillizos cumplirán su primer año de vida. La abuela Sandra les planea festejar con un queque de esos que venden en canastita, en las pulperías de pueblo.

Si usted quiere ayudar a los papás de los quintillizos, llámelos al 2260-5961.