Montes submarinos orientan a tiburones martillo en Isla del Coco

Animales salen por la noche para alimentarse y regresan en el día

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Los días de los tiburones martillo en la Isla del Coco suelen ser calmos. Visitan estaciones de limpieza para curar sus heridas y, si hace calor, se sumerjen a unos 100 metros de profundidad para refrescarse.

Al caer la noche, se alejan unas 30 millas náuticas del parque nacional para alimentarse. Una vez que sus estómagos se llenan de calamares, los escualos asumen un comportamiento particular: suben y bajan constantemente.

“Se supone que así es como, con su cabeza con forma de pala, sienten las ondas magnéticas de la cordillera volcánica del Coco para navegar y esto es relevante a la hora de migrar”, explicó Randall Arauz, director de Pretoma.

Arauz es el investigador principal del estudio sobre poblaciones de tiburones martillo (Sphyrna lewini) en esta área protegida. Él y su equipo estuvieron del 21 al 25 de abril en la isla, para colocar marcas a martillos adultos y así describir patrones de movimiento que realizan diariamente estos animales.

Gracias a estas marcas, se dieron cuenta de que los montes submarinos, que pertenecen a una cordillera sumergida cuyo único punto emergente es la isla del Coco, sirven a los escualos de guía para regresar al parque nacional.

Marcaje. El proyecto de investigación data del 2004 y a la fecha se han marcado 180 tiburones.

Para ello, los expertos utilizan una marca acústica que emite una señal sonora de 90 MHz, la cual es captada por una serie de receptores que tienen un radio de 500 metros.

Para colocar la marca, se utiliza una arbaleta (un tipo de lanza). El transmisor está adherido a un dardo que se inserta en el tejido muscular debajo de la aleta dorsal.

“Nos vamos a las estaciones de limpieza adonde llega el tiburón. Mientras otros peces le curan las heridas, ellos entran en trance y en ese momento colocamos la marca”, comentó Arauz.

Cada marca tiene un número único. De esta manera, este queda registrado cada vez que el tiburón pasa cerca del receptor.

El receptor es un cilindro de 30 cm de largo y 8 cm de diámetro, que permanece suspendido en el agua con ayuda de una boya. En total, hay seis receptores en la isla: en Dos Amigos, Roca Sucia, Bajo Alcyon, Manuelita, Canal y Lobster.

La misma metodología es utilizada por investigadores suscritos a la red Migramar, quienes comparten datos para ampliar el conocimiento sobre los movimientos de los tiburones en la región. “Si un tiburón marcado en Galápagos pasa por la Isla del Coco, nuestro receptor lo capta”, dijo Arauz.

Actualmente, Migramar cuenta con más de 100 puntos de detección gracias a los receptores instalados desde la isla Guadalupe, en México, hasta la isla de la Plata, en Ecuador.

Precisamente, gracias a esta red, los investigadores se percataron de que Costa Rica, Colombia y Ecuador comparten los tiburones martillo.

“Lo que quedaría por comprobar, en el caso de Costa Rica, es si son los mismos tiburones que llegan a Tárcoles o golfo Dulce”, manifestó Arauz.

Una forma de hacerlo es a través del análisis genético. El dardo que se coloca en la arbaleta permite tomar una biopsia.

“Estamos tomando muestras genéticas en la isla para compararlas con las que se toman en la costa para ver si podemos hacer la conexión”, comentó el investigador.

De llegarse a comprobar esa conexión, la cordillera volcánica del Coco tendría una función de corredor biológico entre la costa y las islas océanicas del Pacífico Oriental.

“Valdría la pena proteger esa cordillera submarina. Tal vez no decir que no se pesque del todo allí, pero con la información científica se podrían establecer períodos de veda durante las migraciones”, destacó Arauz.

Seguir a @michellesoto80

Ver más