‘Mi futuro en el futbol está ahora en Catar’

Luis Fonseca Corrales

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¿A qué atribuye la temprana eliminación del Auckland City?

Preparamos mucho el partido, pero el rival tenía mucha clase, con jugadores muy buenos como el croata Mikic, quien nos creó mucho peligro por la banda derecha.

¿En qué falló más el equipo?

Nos faltó sostener más la pelota y no ayudamos al centro delantero, el inglés Adam Dickinson. Creo que nos faltó volumen ofensivo.

¿Cómo estuvo el clima?

Muy frío. Yo tenía dos cobijas en el banco de suplentes y cuando salí al campo a hacer el calentamiento, con guantes y una licra térmica, las manos se me querían congelar.

¿Cómo fue para usted ingresar con el marcador en contra?

Fue duro. Venía trabajando muy bien, haciendo muchos goles. Quería salir jugando, pero no se dio. Así que cuando entré, en los minutos que me dio el profe (Ramón Tribulietx), intenté aportar con velocidad, en los espacios que quedaban.

¿Cómo califica su labor?

Aporté algo... El profe me pidió que corriera a las espaldas de los rivales. Por ahí me cometieron una falta. No tuve mucho la pelota, pero cuando la tuve, la mantuve y pude crear peligro. Tuve un chance con la zurda, que le pegué y me la bloquearon. Tuve otra encarando para rematar, pero el profe me gritó que la pasara y no pasó nada.

¿Qué balance hace de sus participaciones en los Mundiales?

Me hubiera gustado jugar más minutos, pero me siento satisfecho con lo poquito que jugué. Lo hice tranquilo, con confianza, dejando en alto a Costa Rica. Esta bonita experiencia me ayudó a ser más profesional y, en lo futbolístico, me enseñó mucho a madurar como jugador. El que persevera, alcanza y yo me sacrifiqué por siete años, lejos de mi familia y muchas cosas, para estar aquí. Gracias a Dios, lo logré.

¿Le gustaría repetir y volver en un año al Mundial de Clubes?

Me gustaría hacerlo todos los años, pero tengo otros planes, porque mi vida está en un punto de cambio y transferencia a otro país, para jugar afuera uno o dos años.

Entonces, ¿cuál es su futuro?

Mi contrato con Auckland vence en marzo y, una vez que obtuve la residencia en Nueva Zelanda, en un país tan hermoso y organizado que me abrió las puertas, quiero salir a jugar en un nivel más alto. Desde el año pasado, un contratista iraní, Habib Makvandi, intentó llevarme a Irán, pero no se dio esa vez. Ayer me volvió a llamar para jugar en Catar. Allá se fue un jugador brasileño y quiere que juegue los últimos seis partidos de la liga de allá.

¿La opción en Catar es fuerte?

Sí. Mi futuro está en Catar. El Auckland no sabe nada, pero apoya a los que quieren salir a jugar en una liga más profesional, pues en Nueva Zelanda es semiprofesional. Tengo que tomar la mejor decisión, por mi vida, mi familia y mi hijo varón, que nacerá el próximo sábado y al que quiero apoyar, para que sea futbolista y darle una mejor educación, con las bonitas oportunidades que ofrece Nueva Zelanda.