Mario Sotela planea trasladar 150 animales de África Mía a Panamá

Empresario asegura que piensa abrir en diciembre una sede en ese país

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Unos 150 animales entre jirafas, antílopes y cebras del parque zoológico África Mía podrían mudarse este mismo año a Panamá.

Eso no se debería a una migración silvestre ni a una medida de protección ambiental, sino a una acción tomada por el empresario Mario Sotela en momentos en que sufre una baja sensible en la visitación de turistas.

En entrevista con La Nación, Sotela confirmó su deseo de abrir una nueva sede de África Mía en la costa pacífica de Panamá, adonde llevaría la mitad de los animales exóticos, unos 300, que hoy habitan esa propiedad en la sabana de Liberia, Guanacaste.

Sotela dijo que este verano está recibiendo hasta un 50% menos de visitantes que en la misma época del año pasado, pero no facilitó datos.

“Cuando se vino la crisis el año pasado (en octubre), nosotros estábamos trabajando con un 30% de facturación, ahora estamos a un 50% de ese monto; es decir, apenas un 15%.

“Si en el 2010 por esta época teníamos 30.000 visitantes, este año apenas andaríamos los 15.000, que es mucho menos”, explicó.

“Sin embargo, yo puedo asegurarle que ahora logramos mantener el parque funcionando sin ningún problema”, agregó.

Sotela justificó que el parque funciona normalmente debido a que él adoptó acciones para que los animales siempre tengan su alimento al día.

Para ello, se tomaron medidas como el intercambio de dos cabezas de ganado watusi (cuyo valor ronda los $8.000 y $ 10.000 cada una) por alrededor de unas 540 pacas de pasto al mes.

Tania Pivovarova, veterinaria del parque, comentó que, en promedio, los animales consumen al día entre 11 y 18 pacas durante esta época del año.

Además, el propietario del zoológico tiene un convenio con la empresa Dos Pinos para obtener concentrado para alimentar a los animales, “a cambio de dos vallas publicitarias en el estadio de Heredia (equipo del cual su madre, Roxy Blen, es administradora)”.

Otra de las medidas fue la reducción del personal del parque, así como la contratación de guías turísticos jóvenes –por servicios profesionales– que solo trabajan durante los fines de semana.

“Este plan no es por problemas económicos, sino que es parte de la iniciativa de expandir el negocio y crear un nuevo concepto de zoológico en el mundo, donde los animales tengan espacio para vivir y desplazarse libremente”, dijo Sotela.

Más sobre Panamá. Para llevar su plan adelante, Sotela aseguró que evalúa asociarse con dos empresarios panameños: Rugiere Gálvez y George Moreno.

El convenio con ellos consistiría en que él aportaría conocimiento y animales –como jirafas, antílopes y cebras–, y los panameños, por su parte, darían el terreno y crearían infraestructura para el proyecto.

“La negociación está muy avanzada. Están interesados Gálvez, que ha construido muchos hoteles de playa y es amigo mío, y también Moreno, que es un arquitecto tico-panameño”, detalló Sotela.

En una consulta realizada por este diario vía correo electrónico al empresario Gálvez, este confirmó su amistad con Sotela, pero negó que estuvieran avanzados en el acuerdo.

“Nos encontramos apenas en la etapa de desarrollo del concepto, lo cual me hace imposible responder a todas sus preguntas”, manifestó Gálvez.

Por la misma vía se consultó al arquitecto tico-panameño Moreno sobre el plan. Al cierre de edición, no se obtuvo respuesta.

A pesar de la negativa de Gálvez, Sotela insiste en que el traslado de las especies exóticas del parque –que podría durar unas 18 horas– se llevaría a cabo a finales de este año por tierra.

No se ha tramitado aún el permiso para el traslado por tierra de estos animales.

“Esto es complicado: hay que ir al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) a pedir los permisos. El problema somos nosotros, pues Costa Rica es el segundo país más difícil para exportar especies”, dijo el empresario.

Estos planes no significarán el cierre del parque en Costa Rica, aclara Sotela. Más bien, él se aventura a prometer que, en el mediano plazo, se construiría un hotel de lujo y un acuario con hipopótamos y rinocerontes.

Sotela asegura que evalúa traer al país, a largo plazo, canguros y lémures para su exhibición en Liberia.

Pendientes. En octubre del año pasado había dicho que una baja en la cantidad de turistas le había causado desajustes económicos. En ese momento, él tenía una deuda de ¢17 millones con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

Al día de ayer, la dirección de cobros de la CCSS reportaba en su su sitio web una deuda del empresario de ¢5.330.941 por servicios.

Luis Calderón, director de Cobros de la CCSS, asegura que este monto incluye servicios médicos de octubre del 2010, una planilla adicional del mes de diciembre del mismo año y la planilla de enero vencida.

Sotela afirma que lo que debe son apenas ¢3,8 millones y, como evidencia, presentó a La Nación una carta firmada por la administradora de la CCSS de Liberia, Maureen Salazar, en la que aparece adeudando ¢3,8 millones (al 15 de febrero).

“Solo nos falta pagar ¢3 millones, las planillas están cubiertas. Lo que hay es una operación que hubo en octubre”, enfatizó.

Adicionalmente, Sotela tiene una readecuación de pago –gracias a un convenio con la CCSS firmado en junio del 2010– por otra deuda de ¢6,7 millones por pendientes acumulados. Hasta el momento se encuentra al día en el pago de esas cuotas mensuales, confirmó Calderón.

El empresario Sotela también debe ¢19 millones a la CCSS por el equipo de futbol Liberia Mía, que es de su propiedad.