Marido y mujer made in Costa Rica

Un destino muy cotizado. Las bodas de extranjeros son hoy una pujante industria en el país. Europeos, estadounidenses y canadienses optan por casarse frente a un volcán, bajo las palmeras de una playa o en el corazón de la jungla.

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En exóticos rincones mecidos por el viento de una jungla hundida en un bosque húmedo o por la brisa marina en una silenciosa playa rodeada de palmeras, con ranas, papagayos, pelícanos, monos o iguanas como auditorio de testigos, parejas de Europa, Estados Unidos y Canadá protagonizan extravagantes bodas en Costa Rica y alimentan una pujante industria que sorteó la crisis económica mundial' con amor.

Unas diez compañías nacionales ofrecen a europeos, estadounidenses y canadienses el servicio de hacerse cargo de todos los detalles de su boda en un volcán, un recoveco de un río o una montaña al anochecer.

“Nuestra naturaleza es famosa porque abunda en lugares lindos para casarse”, afirmó la costarricense Sylvia Chaves, dueña de Costa Rica Paradise Wedding.

“Casi todos traen sus anillos. Les aconsejamos sobre vestimenta, menú, música, flores, luna de miel, trámites legales, boletos, hoteles, todo. Vienen en grupos de 30 ó 40 o nada más la pareja: muy románticos, se casan solitos, con alguna lora de testigo, y se meten juntos al mar”, afirmó. También hay una fuerte demanda de parejas del mismo sexo que desean realizar su matrimonio aquí, pero en Costa Rica son ilegales estas uniones, aclaró.

Costo y otras razones

El fotógrafo costarricense Eduardo López, especializado en el negocio, explicó que “la industria crece en forma constante y es de las pocas que no fue seriamente afectada por la reciente crisis económica. “En vez de ir, por ejemplo, a México a pagar una fortuna, los novios deciden venir a Costa Rica, que es más barato”.

“Escogen casarse aquí por la estabilidad del país. En 90 minutos se va de paisaje urbano a bosque tropical húmedo o a playa. Hay múltiples escenarios a dos horas de viaje en carro o a 20 minutos en avioneta. Ir por tierra del Caribe al Pacífico se hace en cuatro o cinco horas”, detalló López, quien fue contratado para más de 250 bodas de parejas del exterior solamente en el 2010.

Por ser apenas uno de muchos fotógrafos locales, López estima que al año se realizan más de 400 matrimonios de extranjeros, los cuales producen un efecto económico en dominó.

Paradise, que desde el 2004 organiza casamientos, había convenido la organización de 40 de estos eventos para el 2011, y ya tiene contratos firmados para bodas en el 2012, pues el planeamiento puede durar un año y medio o más, según los deseos y los presupuestos de cada pareja.

Weddings Costa Rica, una de las principales empresas del mercado, ha realizado más de 400 matrimonios, grandes y pequeños, desde su creación en el 2002, reveló la canadiense Larissa Banting, presidenta de la firma. “En ciertos años ha habido más de 80. Con la crisis bajó, pero ya se recuperó”, dijo. A finales del año pasado, Weddings tenía 37 eventos previstos para este 2011 pero esa cifra ha seguido aumentando.

Las temporadas

Las épocas de mayor flujo varían. De diciembre a mayo es temporada alta, sin lluvia. De setiembre a noviembre, se considera temporada baja a causa del invierno y por eso se ofrecen descuentos. De junio a agosto, por ser verano en América del Norte y Europa, también hay clientela.

Chaves calculó que una boda con 30 invitados –sin sumar hotel, tiquetes aéreos y otros gastos– cuesta entre $10.000 y $20.000 por la ceremonia y la fiesta, con alimentación, música, fotógrafo, camarógrafo, arreglos florales, juego de pólvora y alguna otra extra. “Si los novios deciden casarse en su país, les sale más caro porque la lista de invitados suele ser mayor: entre 100 y 200 personas”, destacó.

Además, los precios son considerablemente más bajos. “La pólvora para una fiesta en Nueva York vale cerca de $10.000 y aquí no llega ni a $1.000”, precisó.

“Un fotógrafo en Miami cobra de $5.000 a $10.000 al día y en Costa Rica el costo total de su trabajo oscila entre $1.800 y $2.500”, secundó López.

En cuanto a los servicios religiosos que se solicitan, la gama también es amplia. “Las bodas de españoles a menudo reflejan que son muy católicos”, contó Chaves. Otros extranjeros piden sacerdotes chinos de feng shui, una práctica tradicional que armoniza cielo y tierra y usa energía universal para la buena suerte. “Se toma en cuenta la posición de la pareja y la del sol, y se utilizan cristales, arena y colores para que tengan una vida próspera”, describió.

Están también los que solo quieren que haya un abogado, o los que se casan únicamente con sus testigos y un sacerdote católico, un rabino, un pastor cristiano o un líder hindú, según sea su denominación.

Unos solicitan “chamanes”, sacerdotes que puedan tener contacto con los espíritus y las creencias sobre la energía natural. Y muchos de esos nuevos esposos retornan después a Costa Rica para festejar sus aniversarios. También es común que le escriban a la empresa que los casó, para anunciar un embarazo o el nacimiento de su primer hijo.