El sorpresivo consenso en la Asamblea Legislativa para extraer energía de un sector del Parque Nacional Rincón de la Vieja, no basta.
Antes de aprobarla, diputados e impulsores deberán blindar el proyecto ante la gran cantidad de leyes ambientales y votos de la Sala Constitucional que permitirían cuestionar el proyecto.
Este fue la advertencia que hizo el jueves el abogado experto en derecho ambiental Jorge Cabrera Medaglia durante el debate “Alcances de una reforma para generar energía geotérmica en los parques nacionales”, organizado por el diario La Nación.
También, participaron en el foro el presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), Teófilo de la Torre; Marcos Fernández, representante de la Cámara de Industrias, y Claudio Monge, miembro de la Comisión de Ambiente de la Asamblea Legislativa.
El proyecto de ley pretende autorizar al ICE a usar un sector del Rincón de la Vieja para extraer la energía y producir electricidad.
A cambio, deberá adquirir terrenos en los alrededores para reemplazar las áreas que utilice y pagar una compensación permanente a los parques nacionales.
Según Teófilo De la Torre, lo que usarían sería entre 5 y 10 kilómetros cuadrados, de los 140 kilómetros cuadrados del Parque.
A pesar de que es una pequeña porción, Cabrera Medaglia pronosticó que los diputados deberán asegurarse de que el proyecto tenga viabilidad legal.
Para eso, no deberá rozar con una gran cantidad de leyes y convenios, como la Ley Orgánica del Ambiente, la Ley de Creación del Servicio de Parques Nacionales, la Ley de Biodiversidad y el Convención de la Unesco sobre Patrimonio Natural y Cultura.
Todas estas incluyen prohibiciones que se deberán tener en cuenta, lo mismo que la jurisprudencia de la Sala Constitucional.
El diputado Claudio Monge reconoció que el texto del proyecto presenta una serie de “lagunas” que lo hacen inviable.
“Así como está planteado, se lo trae abajo cualquiera. Hay que corregir las lagunas y tenemos consenso para aprobarlo”, dijo.
Para sortear esas complicaciones, Cabrera sugirió considerar la modificación de los usos del área protegida, en vez de pretender desafectar el área protegida.
En este momento, los usos permitidos son investigación, capacitación, ecoturismo y colocación de torres de comunicación.
La propuesta va dirigida a permitir la extracción de geotermia, como un quinto uso, siempre que no sea con fines comerciales.
Fernández, por su parte, urgió la aprobación del proyecto para asegurar calidad y suministro eléctrico, esencial para la producción.