Mal dormir elevaría riesgo cardíaco entrelos jóvenes

Los que menos horas duermen tienen un índice de masa corporal más elevado

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Existe una relación entre las alternaciones del sueño de los adolescentes y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares en la vida adulta, alerta un nuevo estudio realizado en Canadá.

La investigación, publicada por el Canadian Medical Association Journal (CMAJ), registró el patrón de sueño de 4.104 jóvenes entre los años 2009 y 2010.

A todos ellos se les midió su presión arterial, índice de masa corporal y antecedentes familiares de problemas cardiovasculares. Los datos se recopilaron mientras los muchachos recibían su clase obligatoria de educación física.

El análisis de estos, si bien no revela una causa y efecto, muestra relaciones llamativas. Por ejemplo, el 19,6% de los participantes aseguró que tenía mala calidad de sueño entre semana, mientras el 10% tenía problemas para dormir los fines de semana.

Cruzando datos, los expertos detectaron que fueron los adolescentes con un mayor índice de masa corporal y más expandida cintura quienes reportaron dormir menos horas por día. Además, quienes registraron una mayor perturbación durante su tiempo de descanso fueron también los pacientes que tenían colesterol e índice de masa corporal alto, así como una mayor presión arterial y riesgo de hipertensión.

Los datos sugieren que los hábitos alimentarios y de salud también influyen en la calidad del sueño y no solo en la cantidad.

Así, por ejemplo, los adolescentes que hacían poco ejercicio y consumían dulces, comidas fritas y bebidas gaseosas mostraron altos puntajes en la perturbación del sueño.

Indra Narang, directora de medicina del sueño del Hospital para Niños Enfermos, en Toronto, aseguró que estos resultados son importantes pues las alteraciones del sueño ocurren con frecuencia en la población adolescente y los factores de riesgo avanzan desde esa etapa hasta la edad adulta.

La doctora tica Paula Llobet, experta en trastornos del sueño, aseguró a La Nación: “A pesar de que las investigaciones sí nos comprueban que hay una correlación importante entre poco dormir y alteraciones cardiovasculares, hipertensión, aún hace falta poder corroborarlo y establecer si verdaderamente hay una relación causa-efecto entre ellas”.