Lucha de estrellas en el sur

El drama musical Nashville, de estreno en el canal Sony, nos cuenta una historia acerca de las complicadas vidas de dos famosas cantantes de country . Una en el ocaso de su carrera y otra que emerge para ocupar su trono

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Rayna Jaymes fue durante años la reina del género country en Nashville. Pero las cosas han cambiado y el declive de su fama parece marcar el fin de una larga y fructífera carrera.

Ni los discos ni las entradas para los conciertos de su gira se están vendiendo. Para agravar las cosas, una joven celebridad adolescente, Juliette Barnes (Hayden Panettiere) emerge como la nueva sensación, llamada a destronar a Rayna (Connie Britton).

Nashville , además de ser locación, es también el nombre del drama musical con el sello creativo de la escritora Callie Khouri, ganadora de un Óscar en 1992 por el libreto original de la película Thelma & Louise .

La pluma mágica de Khouri se hace otra vez presente, confirmando su talentosa habilidad para contar historias.

Prueba de ello es que el episodio piloto de la serie recibió elogios y la aclamación general, luego de su estreno, el pasado 10 de octubre, en los EE. UU.

El show logró convocar a una audiencia cercana a los 9 millones de espectadores, y tras su conclusión el aplauso de la crítica especializada fue unánime.

Medios como New York Post , Time , Entertainment Weekly , Washington Post , US Today , Wall Street Journal , Boston Herald y TV Guide , por citar algunos, coincidieron con la alta calidad del capítulo de arranque y centraron sus expectativas en que productores, guionistas y actores logren mantener el mismo nivel durante la temporada.

Pugna sobre las tablas

Decíamos que con Rayna Jaymes las cosas no marchaban bien. Con 40 años de edad, la noticia de que las entradas de su gira no se están vendiendo le viene al ánimo como un cheque sin fondos.

Pero eso no es todo. La disquera le propone como solución a la crisis, que ella sea la telonera de la antipática superestrella adolescente, Juliette Barnes.

¿Cómo dijo? Sí, esa parece ser la única opción si desea el apoyo de la compañía. Para que se dé una idea, es como si a Madonna le pidieran abrir un concierto de Lady Gaga. Es un asunto de dignidad, pero también de supervivencia.

Compartir el escenario con la altanera, poco talentosa e inexperta cantante no es lo que Rayna esperaba. Por su parte, Juliette tiene muy claro hacia dónde quiere ir y para cumplir su meta de convertirse en la máxima superestrella de la música country , hará lo que sea necesario. De esta unión por conveniencia saldrán muchas chispas.

Los problemas de Rayna no terminan ahí. La relación con su padre es tan buena como la de Obama con Romney.

El hombre nunca ha estado de acuerdo con su carrera de cantante. Es un viejo poderoso y manipulador llamado Lamar Wyatt (Powers Boothe), que endulzó al esposo de esta para que se postule como alcalde de Nashville.

Las intenciones no están claras, aunque la cantante ya sabe que con el vínculo, su recostado esposo, acostumbrado a vivir como un rey a costilla de ella, ya le vendió el alma al diablo.

Hay muchos más personajes en la trama y la complejidad de la historia comienza a hacerse tan evidente como adictiva para el espectador.

Está Deacon Claybourne (Charles Esten): compositor, guitarrista, líder de la banda y antiguo amor de Rayna. Kimberly Williams-Paisley interpretará en varios episodios a Peggy Samper, una antigua conquista y colega de Teddy Conrad (Eric Close), marido de Rayna.

La australiana Clare Bowen se estrena en la televisión estadounidense con el papel de Scarlett, compositora contratada por la estrella en desgracia para intentar un repunte en su carrera, y el británico Sam Palladio encarnará a Gunnar Scott, un músico aspirante de buen corazón, enamorado de Scarlett.

También veremos a Jonathan Jackson quien dará vida a Avery Davis, un autor/compositor/intérprete al estilo bad boy y a Robert Wisdom como el carismático candidato a la alcaldía, Coleman Caldwell, amigo de Rayna.

Elogios por doquier

El atractivo elenco y los múltiples ingredientes antes descritos fueron suficientes para echarse a los críticos a la bolsa, he hizo que Hank Stuever, de The Washington Post , viera en Nashville el debut más prometedor de la temporada, con el potencial para ser el drama perfecto, “aún para aquellos que no les importa un bledo la música country ”.

“(') Con la escogencia musical experta de T Bone Burnett, y la excelente dirección de R.J. Cutler, Nashville supo ganarme, principalmente con su fuerte sentido de gracia y aflicción”, afirma el crítico sobre el episodio piloto.

Stuever hace notar cómo a pesar de los subtramas, la serie no se aleja del eje central y de los altos y bajos del glamuroso mundo del estrellato. “Como el día de una diva, que hace que lo difícil parezca fácil, así es Nashville ”, describe Maureen Ryan, de The Huffington Post , la sensación derivada de la serie.

Ryan alaba el reparto, al que califica de “uniformemente maravilloso”, y define el show como una serie de dilemas personales y políticos, mostrados al espectador con considerados matices.

“Este show no es tanto acerca de la música country como lo es sobre el deseo de comunicar, de ser amado y escuchado”, escribe en su reseña.

Otro acierto: el libreto de Callie Khouri le da a ambas mujeres la oportunidad de brillar, aunque en principio la historia de Britton parece tener más peso.

Nashville está “refrescantemente libre de odiosos sureños o de tontas presunciones acerca de la industria musical”, aunque el logro más sorprendente sea, según Ryan, que logra inventar su propio género.

“Entretenimiento de primera clase que toma su lugar y sus personajes en serio y que invita a la audiencia a disfrutar de la música”. Así es Nashville . Y recuerde. No hace falta ser amante del country para disfrutarla.