Los “idus” de marzo

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En el calendario romano los “idus” de marzo eran por lo general días de buenos augurios, hasta que dicha fecha se tiñó de rojo al ser asesinado Julio César (44 aC), muerte magistralmente plasmada en una de las obras del literato inglés William Shakespeare, padre además de la famosa frase: “Cuídate de los idus de marzo”.

Es interesante cómo este mes de marzo, al igual que hace muchos años, marca un sentimiento de ambivalencias, pero sobre todo de un fuerte sentido de relevo, renovación y de positivas perspectivas máxime ante varios hechos sucedidos en las últimas semanas.

La muerte del presidente venezolano Hugo Chávez, luego de casi 14 años de ejercicio del poder, sin duda es una ventana de oportunidad de cambio cuya verdadera magnitud está aún por resolverse de cara a las próximas elecciones en el mes de abril.

La histórica renuncia de Benedicto XVI, hecho sucedido en pocas ocasiones, y la última casi 600 años atrás, anunciando incluso desde la misma voz del hoy emérito Papa la necesidad de un remozamiento de la Iglesia católica.

Es en este mes de marzo, que el Colegio cardenalicio asombra positivamente al mundo con el nombramiento del primer papa no europeo en muchos siglos y el primer latinoamericano en su historia. Pero los cambios no se quedan ahí.

Francisco, “papa encontrado al otro lado del mundo”, nos regala, desde el momento mismo de su elección, pequeños pero representativos actos que anticipan los profundos cambios que han de venir.

No hay nada más poderoso que el ejemplo, y cada una de las decisiones tomadas por el nuevo Papa son icónicos símbolos de una Iglesia comprometida con los pobres, la austeridad y el máximo compromiso de amor, la vocación de servicio.

En Costa Rica y de la mano con los X Juegos Centroamericanos San José 2013, además de las justas deportivas, nos legó el más grande regalo de todos: la confianza de que nuestro país, cuando se lo propone, tiene la capacidad y el talento que nos permiten soñar en grande.

Con una inauguración a la altura del primer mundo, un segundo lugar con sabor a triunfo, un prolífero medallero que supera lo logrado en ediciones anteriores, y un lucido cierre, Costa Rica se puso una flor y reveló la casta de este pequeño pero maravilloso país. ¡Bien por los organizadores!

Recordando, por último, la especial significancia que el mes de marzo tiene para las mujeres, quisiera resaltar que en estos Juegos Centroamericanos la casta deportiva tuvo, como en muchos otros eventos deportivos de primer nivel, el corajudo rostro de mujer.

Les deseo disfruten de una feliz Semana Santa.