Muchas son las historias sobre los choques de carros y algunas de ellas rozan lo anecdótico.
En el relato de Mario Barboza hay un elemento disonante, pues, según su testimonio, el accidente se produjo luego que un tráfico, que circulaba en moto, se brincó un “alto” y chocó contra la puerta de su taxi.
Los oficiales de tránsito no tardaron en llegar. “Llamé al 911 y antes de colgar aparecieron 15, quisieron tergiversar las cosas y me culparon del accidente”, declaró el taxista.
Por tal razón, tuvo que hacer frente a la reparación de los daños de su vehículo; un desembolso de ¢ 800.000, aseguró el afectado.
La colisión se produjo en enero pasado, en la Sabana Sur. Seis meses después, este conductor se encuentra a la espera de ser llamado por la Fiscalía para declarar. “Esto vale para reflejar el desorden que existe en este país”, expresó con molestia.
Larga espera. La protagonista de esta otra historia, que prefirió que no se desvelara su identidad, esperó tres horas a los policías desde que reportó su accidente a la Dirección del Tránsito.
Eran las 6 p. m. cuando la imprudencia del conductor, que rebasó un “alto”, provocó un choque de tal manera que los carros quedaron atravesados sobre la vía férrea en San Pedro, Montes de Oca, relató la perjudicada.
En un choque la posición en la que queden los carros es determinante para definir al responsable del suceso. Por ello, la afectada no quiso mover el suyo.
Cuando llegó la hora en que debía pasar el tren, debieron hacerle señas al maquinista para que lo detuviera.
Poco paciente, el chofer del convoy expresó su molestia: “O se mueven o paso por encima”. Entonces los dueños de los carros decidieron despejar la vía.
A las 9 p. m. llegó el oficial y se quejó de que los carros no permanecieran en el lugar del accidente para la elaboración del croquis, contó la entrevistada.
“En estos casos, cuando el policía tarda en llegar, uno no sabe qué hacer o a quién acudir”, se quejó la conductora.