Ninguna autoridad costarricense se ha atrevido a decirlo así de claro, pero la suma de las previsiones de seguridad permiten hacer la recomendación directa para el viernes por la tarde cuando llegue el presidente Barack Obama: es mejor imaginar que no existen ni la autopista General Cañas ni San José centro.
Quizá el único que lo ha manifestado con claridad ha sido Eric Nelson, ministro consejero de la Embajada de Estados Unidos en San José, que ayer aconsejó seguir la visita de Obama por televisión o por Twitter, lejos de la capital.
Por algo el Gobierno decretó asueto en San José y en seis cantones centrales. Los empleados públicos no tendrán que mezclarse con los cientos de policías. Y los privados quizá tampoco, si sus patronos se enteran de las dificultades para transitar por la capital.
La autopista, desde el aeropuerto Juan Santamaría hasta San José, tendrá cierres repentinos de casi una hora a partir del mediodía, que obligarían a conductores a apagar el carro y asumir que hay trabajos en la vía, como dijo ayer el subdirector de Tránsito, Huanelgue Gutiérrez.
Esto, por el paso de la caravana de Obama, pero también las comitivas de los seis mandatarios centroamericanos.
Solo para Obama está prevista la medida de prohibir el vuelo de otros aviones en el espacio aéreo tico, 30 minutos antes y otro tanto después del aterrizaje de su Air Force 1. El aeropuerto Tobías Bolaños estará cerrado desde el mediodía del viernes durante 25 horas.
En San José centro, en tierra, también habrá cierres temporales. Además, impedimento para acercarse a los sitios de las reuniones (salvo residentes o trabajadores ya registrados).
Para el ministro de Seguridad, Mario Zamora, las disposiciones son las “mínimas necesarias” para esta “fiesta cívica”.